Lavinia – Ursula K. Le Guin

Lavinia

Hay mucho que decir sobre Lavinia, primero que es una gran novela, escrita por una autora de gran nivel y autoridad literaria, Úrsula K. Le Guin, publicada en el año 2008, fue la última novela de esta gran representante femenina de la literatura de ciencia ficción y fantasía.

Segundo, la historia es un acercamiento a Virgilio, desde la perspectiva de un personaje que no tuvo voz durante la novela, pero que la adquiere por decisión propia y en total independencia de los deseos del poeta romano.

Lavinia es, utilizando los términos modernos, un “spin off” moderno de La Eneida, el inmortal poema épico de Publio Virgilio Maron, que a su vez es un “spin off” de La Ilíada, de Homero.

Viene a seguir el tema de las aproximaciones a personajes clásicos desde el punto de vista femenino como hizo la gran Christa Wolf con sus novelas, Kassandra (1983) y Medea: Stimmen (1996) o como lo hizo otra gran escritora, Margaret Atwood con The Penelopiad (2005).

Regresando a la Ilíada o la Eneida, sabemos que estos clásicos se catalogan como tales, por su riqueza literaria, cultural, histórica y constituyen una fuente inagotable de personajes, historias, temas, estudios, análisis que no tendrá fin mientras exista la humanidad y esta se interese por la cultura universal.

Las epopeyas clásicas abordan temas que son atemporales y universales, como el honor, el sacrificio, la venganza, la guerra, la búsqueda del hogar, el destino, el amor y la lucha por la identidad.

Al igual que Virgilio, Le Guin se toma libertades literarias con las costumbres, lenguajes y cultura de la zona, pero mantiene el ambiente creado por el gran poeta romano, esto era lógico, pues a pesar de haberse documentado muy bien en lo histórico, tuvo que recrear el ambiente social, cultural y tecnológico del libro original, para mantener coherencia con la trama.

Estos temas resuenan profundamente en todas las épocas y culturas, lo que permite que los personajes y las tramas puedan ser reinterpretados de muchas maneras diferentes sin perder su relevancia.

Los personajes de estas obras —como Aquiles, Héctor, Ulises (Odiseo), Eneas, y otros— representan arquetipos universales de la humanidad, con luchas internas y conflictos externos que siguen siendo relevantes en cualquier contexto.

Ruego a Dios o a cualquier otra fuerza divina que nunca lleguemos al punto de total “idiocracia” al que nos amenaza la inmediatez intelectual que cada vez es más grande, gracias a las redes idiotizantes como esta, esta otra y aquella, ya sabemos cuales son.

Regresando a nuestra novela:
Lavinia es la hija de Latino, el rey del pueblo “latino”, y de Amata una princesa Rutula desposada con el rey, golpeada por la pérdida y que siente un oscuro y disimulado desprecio por su hija.

Lavinia aparece en la Eneida un total de once veces, pero no habla en ninguna, su destino es ser mercancía de cambio, originalmente prometida al rey de los Rútulos, Turno, es ofrecida luego al troyano Eneas, cuando éste llega en sus naves a las tierras itálicas, junto a los sobrevivientes de la destrucción de Ilio (Troya).

Ella toma su propia voz desde el principio de la novela, que es narrada en primera persona por ella…

“En mayo de mi decimonoveno año fui a las salinas de la desembocadura del río a buscar sal para el banquete sagrado.”
UrsulaLavinia – Ursula K. Leguin
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Allí vive ella en paz y tranquilidad, como una adolescente niña, en plena gestación de la mujer que esperaban todos que fuera, allí es sometida por su madre, cuidada por su padre y destinada a ser parte de un intercambio político comercial que fuese ventajoso para su pueblo y para su padre. Hasta que llega Eneas al mando de la flota de troyanos que han huido de la aniquilación de su pueblo y de la destrucción de su mítica ciudad.

Amata, su madre es presentada como una mujer trastornada por la pérdida de sus dos hijos, con un enfermizo amor por Turno, su sobrino y que aspira en convertirlo en yerno.
Su padre, Latino, un hombre pío y bueno, sigue las señales de los oráculos y sabe que su hija deberá ser entregada al aventurero que viene del mar.

Lavinia entra en contacto con una entidad fantasmagórica que resulta ser el poeta Virgilio, quien en forma onírica le relata pasajes de lo que será y de lo que podría ser.

Los acontecimientos narrados en la Eneida se van sucediendo invariablemente, pues están escritos y ella es un personaje de la historia, pero con plena conciencia de lo que sucede y sucederá.

Eneas huye de troya
Eneas saliendo de Troya, por Federico Barocci, 1598.

Turno es presentado como un joven engreído, muy pagado de sí mismo, arrogante, machista y falto de empatía, que anda por ahí atropellando e imponiendo su testosterona por doquier.

Los dioses, omnipresentes en las novelas clásicas, no tienen mayor relevancia, más que la de pretexto para los ritos religiosos que son detalladamente narrados.

Eneas representa lo viril, lo fuerte, pero a su vez, lo amoroso, gentil y correcto, todo lo que espera una mujer de un hombre, en cambio su hijo, Ascanio, es malamente tratado por la autora, resaltándose en la Le Guin cierta tendencia homofóbica al narrar algunas de las reacciones y características del hijo de Eneas.

Algunos hablan del feminismo implícito en la novela, pero yo pienso que más bien es un feminismo de los años sesenta, básicamente darle voz a Lavinia, pero una voz matriarcal, el simple derecho a hablar.

Por otro lado, la sociedad en la que vive no da para más.

Muchos pasajes de la novela son de una calidad estilística impresionante, son altamente poéticos, me recordaron algo de esa otra joya escrita por Thomas Burnett Swann hace años sobre Eneas, Ascanio y una driadas, “El Fenix Verde”.

Aunque Le Guin le da voz a Lavinia, se la quita en forma total a Camila, ignorándola olímpicamente, lo que me parece extraño, siendo la joven reina volsca, un fuerte y sólido personaje, quizá demasiado para la época.

“Busqué a la mujer volsciana que, según mi poeta, cabalgaría con ellos, pero no la vi. Pero claro, me había dicho que se la había inventado. Aunque, ¿acaso no se nos había inventado a todos? “
UrsulaLavinia – Ursula K. Leguin
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Lavinia es el arquetipo de la mujer en la época que vive, es femenina en todos los sentidos aceptados por su sociedad, pero es inteligente, perspicaz y conciliadora, Camila en cambio representa desde el punto de vista de Le Guin un personaje poco creíble y fruto de la imaginación poética, pues sus valores y características son típicamente masculinos, asociados a la violencia y agresividad.

Sin embargo, yo no estoy de acuerdo de que para dar voz a Lavinia, se le quite a Camila hasta el punto de borrarla de la historia, quizá la autora lo hizo porque en realidad Camila es un personaje mucho más atractivo para la literatura heroica y fantástica.

Dejando abierto este tema regresemos a los personajes, aparece nuevamente Diomedes, como un hombre aguerrido, valiente, temible y poderoso, pero muy sabio y siendo quizá el más grande de todos los héroes de estas historias, tal como lo dice Virgilio, es sorprendente de que se reúse a participar, no por miedo, sino por estar harto de la guerra.

"Diomedes, asistido por Minerva, hiere a Marte" (Rafael Tegeo Díaz, año 1831)
“Diomedes, asistido por Minerva, hiere a Marte” (Rafael Tegeo Díaz, año 1831)

Aunque la novela está en medio de una historia épica, no es una historia de héroes griegos y troyanos matándose, sino la historia de una mujer en medio de acontecimientos que le roban el tranquilo y bucólico mundo que había conocido y cómo sobrevive y prevalece en medio de dicho caos.

Ha sido un verdadero placer la lectura de esta historia y la recomiendo a todos aquellos que disfrutamos con la trilogía de los héroes troyanos y griegos.

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