Los clásicos Griegos – La Ilíada

La primera vez que me enfrenté a los clásicos griegos, fue durante mi educación básica y terminé comprando un pasquín que en cincuenta páginas resumía la novela, canto por canto, aunque salí relativamente bien en el examen, no tuve más que una noción muy pobre de la historia que se narra.

Desde entonces cuando se mencionaba a la Ilíada o a la Odisea, me limitaba a callar o a intervenir con comentarios que no comprometían mi total ignorancia de las epopeya u odiseas.

Recientemente me hice el firme propósito de enmendar esta falta y… ¡Oh!, ¡Sorpresa!, me encuentro con un verdadero enjambre de “aladas palabras”.

Curiosamente me leí la saga al revés, primero la Odisea y luego la Ilíada, pero no me arrepiento, ya que esto me dio una mayor adaptación al lenguaje, comprensión de los personajes y aceptación del estilo, por lo que pude disfrutar enormemente con su lectura.

Homero
Homero

Homero es considerado ser el “aedo” (poeta, bardo) a quien se atribuye la autoría de los dos principales poemas épicos griegos: la Ilíada y la Odisea, textos que sentaron las bases del llamado “Ciclo Troyano” y de la literatura de occidente en general.

La existencia misma de Homero es objeto de fuertes debates, así como la autoría de los dos libros, algunos historiadoes opinan que Homera era el nombre que se daba a los poetas que cantaban las historias base del ciclo troyano, según otras teorías, fue un personaje real, era ciego y tenía las obras en su mente, siendo recogidas seguramente por seguidores y discípulos, si es que los tuvo.

Pero las reseñas las haré en el orden correcto, comenzando con la narración de la caída de Ilion, que es el nombre en griego de Troya, de ahí que la historia se llame la Ilíada.

La Ilíada, forma parte del llamado “Ciclo Troyano” que está formado por una serie de poemas épicos que narran los hechos de esta guerra, de los cuales la Ilíada y la Odisea son parte, sin embargo, los demás poemas, aparte de la Ilíada y la Odisea, aparentemente están perdidos en la historia.

El primer conjunto de poemas es llamado “Las Ciprias” y narran los primeros nueve años de la guerra, que incluyen el rapto de Helena por Paris y el inicio de la guerra, se considera perdido, solo se tiene un resumen llamado Crestomatía, hecho por el filósofo Proclo.

La Ilíada es un poema épico compuesto por 24 cantos o partes, que narran cerca de dos meses del décimo año de la guerra entre Grecia asediando la ciudad-estado de Troya.

Los cantos están escritos en versos con una métrica conocida como “hexámetro dactílico”, que está también asociada con muchos otros poemas épicos de la antigüedad (como la Odisea y la Eneida, la epopeya romana de Virgilio). En la Odisea, un bardo llamado Demódoco canta a pedido en un contexto aristocrático sobre el Caballo de Madera en Troya, dando una idea del tipo de existencia que “Homero” podría haber llevado.

Briseida devuelta a Aquiles por Néstor
1630 – 1635. Rubens. Óleo sobre tabla
MUSEO DEL PRADO – (No exhibida)

El inicio de la Ilíada es algo confuso, pues al contrario de lo que se muestra en las películas, la historia no transcurre cronológicamente, sino que el poema inicia cuando ya llevan diez años de guerra empantanada asediando a la ciudad, es decir cuando han transcurrido diez años desde que Paris secuestró a Helena y Aquiles está furioso contra Agamenón porque le ha quitado a su esclava Briseida, que era botín de guerra que obtuvo, matando al marido de ella y se había convertido en su favorita.

Desfilan héroes, reinas, reyes, príncipes, diosas, dioses, mujeres y hombres que sufren, aman, disputan, pelean, mueren, se entablan batallas, se gana, se es derrotado, hay dolor, alegría y gloria, en general, todo el poema es una verdadera epopeya.

Datos interesantes es ver que Aquiles el gran héroe griego se comporta durante casi toda la historia de manera infantil y caprichosa, pues está enojado porque Agamenón le ha arrebatado a Briseida, su esclava favorita y son los otros personajes los que intervienen en las escaramuzas que se dan.

Entre los héroes que se destacan, se encuentran Diómedes, Ajax, Palante, Héctor, Eneas, Pandaro y muchos otros, destacando en especial a Diómedes que no solo es valiente y poderoso, sino que es tal su poder, voluntad y fuerza que no duda de atacar y lastimar a los mismos dioses como se aprecia en algunos cantos, siendo a mi juicio, más grande guerrero, incluso que Aquiles, quien es poderoso a merced de que está protegido para ser invulnerable, cosa que Diómenes no posee ni le hace falta, pues ni está protegido por dios alguno ni posee poderes mágicos u otorgados por dios alguno.

“Diómedes, asistido de Minerva, hiere a Marte”.

Rafael Tegeo Díaz.

Año 1831

MUSEO DE LAS BELLAS ARTES DE MURCIA

Eneas también tiene protagonismo, a pesar de aparecer pocas veces en el poema, pero se enfrenta a Diómedes e inclso al mismo Aquiles que casi lo mata si no es salvado por Poseidón que incluso refiriéndose a él le augura que tiene un designio secreto y grandioso, cosa que más adelante, siglos después, aprovechará el poeta romano Virgilio para continuar la saga.

Contrario también a las películas no se dilucida el final de la mítica ciudad, sino que el poema termina con los funerales de Héctor y el rescate de su cuerpo por parte de Príamo, su padre, quien encara al pélida (hijo de Peleo), Aquiles, obteniendo de parte del guerrero ese don.

La Ilíada es la narración de la guerra, de los temores, del dolor, de la gloria efímera y de la banalidad del orgullo humano, es la historia que cuenta nuestra propia historia y la de la humanidad.

La Iliada junto a La Odisea, se constituyen en las obras artísticas que más han influenciado en la cultura moderna occidental, dando lugar a la creación de muchas obras en casi todas las artes, como las letras, pintura, música, incluso en el moderno séptimo arte, el cine.

Homero, su autor, es un misterio que ha generado debates y estudios, al igual que la inconmensurable obra, que es objeto de estudio, de cátedras, incluso de carreras.

No cabe duda de que debe ser una lectura obligatoria para todos, pero no se puede hacer a temprana edad, es mejor haber alcanzado cierta madurez para enfrentarla y gozar de ella.

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