El Justo Juez de la noche – Leyenda

Justo Juez

En las altas horas de la noche, a veces galopando en un enorme caballo negro, a veces caminado con pasos de un kilómetro de largo, el Justo Juez de la noche vigila los caminos contra los borrachos, trasnochadores, ladrones, maleantes, vagos.

Vestido de negro, con la cabeza cubierta por una columna de humo negro o por un ancho sombrero bajo el cual se advierte una espesa neblina negra, con un látigo en la mano, cabalga o camina en las calles nocturnas y cuando se manifiesta, primero alerta, que el noctámbulo se vaya a sus casas, que la noche le pertenece a él.

Y si el susodicho trasnochador acata humildemente, no pasa nada, pero si reclama, entonces es azotado sin miramientos, pero sin que reciban daños mortales, solo castigo físico a manera de reprimenda, mientras repita la reclamación de la noche, entonces lo mejor es obedecer prontamente.

Pero, si se le intenta agredir, entonces el castigo es mucho mayor, pero sin llegar a consecuencias fatales, pero en otras versiones se dice que a la gente que es muy mala se la lleva al infierno como castigo, en general actúa como un agente del orden, cuidando que nadie se porte mal, ni ande haciendo cosas malas en la noche.

En otras interpretaciones, el Justo Juez, toma a su víctima y lo pone a realizar trabajos forzados y peligrosos, en los que el castigado es golpeado o lastimado, sin llegar a daños de extrema gravedad.

Quienes han recibido castigo más duro, enferman y pasan con fiebre varios días y en un estado tal de trauma, que no vuelven a las andadas, durante muchísimo tiempo.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

A pesar de que parece ser una leyenda salvadoreña, existe similitud con un mito colombiano.

En Colombia tienen una figura similar al Justo Juez de la Noche, pero es llamada “El Sombrerón”, dice la leyenda de que hace mucho tiempo existióun personaje que vivió en diferentes pueblos. Era un hombre viejo que vestía de negro y se ponía un gran sombrero del mismo color; montaba un caballo también negro que se confundía con la noche, no hablaba con nadie y a nadie le hacía daño; aparecía y desaparecía como por encanto.

Su presencia fue mutando a una especie de vigilante que persigue a los borrachos, a los peleadores, a los trasnochadores, los jugadores y a los tramposos.

En las noches de luna llena y en los sitios solitarios deambula confundiéndose con las sombras que proyectan las ramas y los arbustos. Aparece solo de noche a todo galope, junto a él sopla un fuerte viento helado y así como se presentó, desaparece rápidamente.

Según la página web de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte:
https://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/es/bogotanitos/cuenta-la-leyenda/la-leyenda-del-sombreron

“El Sombrerón fue famoso en el departamento de Antioquia, en la época de 1837, cuando recorría todas las calles.

Aparecía cuatro o cinco viernes seguidos, volvía a aparecer uno o dos meses después. “Parece que fuera el Sombrerón, el espanto propio de Medellín”.

También hay historias de sus andanzas en otras regiones colombianas como el Tolima, el Huila y al oriente del Valle del Cauca. Se le denomina El Jinete Negro y se le describe en forma muy similar a como se ha explicado aquí.”

Sin embargo, no tiene la connotación de justiciero, reparte cinchazos que tiene en El Salvador, solo aparece, asusta y desaparece.

HISTORIA DEL JUSTO JUEZ DE LA NOCHE

Esta leyenda es estrictamente colonial y no tiene ninguna raíz precolombina, posiblemente se trataba de mantener tranquilos los caminos durante la noche, evitando que trasnochadores, vagos y borrachos anduvieran pululando por las calles, según algunos eran órdenes del virrey, de que los caminos permanecieran libres de transeúntes.

Como muchas leyendas, se basan en algún hecho real que ha sido deformado con el correr de los años, seguramente algún policía o grupos de policías usando trajes oscuros, castigaban a quienes encontraban infringiendo la ordenanza de calles vacías en la noche y de ahí las historias y anécdotas originales fueron mutando hasta convertirse en el mítico ser que dice la leyenda.

Es curioso que esta leyenda, al igual que la Carreta Chillona sean en su mayor parte propias del folclor salvadoreño, pues no se tienen registros de ambas en otros países de Centroamérica, o posiblemente en el caso del Justo Juez, otros países deben tener algún personaje similar con otro nombre, pues es algo que no necesariamente haya surgido de forma coyuntural como es el caso de la carreta chillona, que nace a merced de un hecho histórico, la pandemia de cólera.

En el caso del Justo Juez, había el mismo tipo de restricciones en casi toda el área centroamericana y es posible que se haya creado en el imaginario popular algún personaje similar, aunque con otras características y nombre, pero no encontramos referencias.


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