Recientemente estaba planificando una actividad para jóvenes que consiste en una larga caminata de varios días, pernoctando en diferentes lugares y alguien me objetaba que no era una buena actividad pues no le encontraba sentido al hecho de caminar por caminar.
Comprendo que pueda parecer que caminar sin un propósito específico carece de sentido, pero ante una observación como la anterior, solo se me vienen a la mente algunas reflexiones.
Las caminatas largas son mucho más que simplemente caminar por caminar. Son una oportunidad para experimentar un sentido de aventura, crecimiento personal y conexión con la naturaleza y los demás.
¿Que se puede ganar con una buena caminata?
Sentido de auto desafío y superación personal: Las caminatas largas implican un desafío físico y mental. El hecho de enfrentar largas distancias, terrenos variados y condiciones climáticas cambiantes nos empuja a superar nuestros límites y descubrir fortalezas que quizás no sabíamos que teníamos. Cada paso es una oportunidad para desarrollar resiliencia y determinación, lo cual es una herramienta par forjar el carácter.
Conexión con la naturaleza: Al alejarnos de las comodidades de la vida moderna y sumergirnos en la naturaleza, nos reconectamos con nuestro entorno natural. Las caminatas largas nos permiten apreciar la belleza de los paisajes, disfrutar de la tranquilidad de los bosques y escuchar los sonidos de la vida silvestre. Esta conexión con la naturaleza necesariamente tiene un impacto positivo en nuestra salud mental, proporcionando calma, inspiración y perspectiva.
Comunidad y compañerismo: Las caminatas largas ofrecen una oportunidad única para forjar lazos con los otros participantes, sean amigos nuestros o no. Durante la caminata, compartimos desafíos, alegrías, dolores, cansancio, nos animamos mutuamente y vivimos momentos significativos juntos. La convivencia en entornos naturales y la superación de obstáculos en equipo fortalecen los vínculos, fomentando un sentido de comunidad. Estas experiencias compartidas pueden crear amistades duraderas y recuerdos inolvidables.
Apreciación de los recursos y la sencillez: Al caminar durante varios días, también experimentamos una apreciación renovada por los recursos básicos y la sencillez. Llevamos con nosotros solo lo esencial y aprendemos a valorar las necesidades mínimas. Esta experiencia nos ayuda a comprender la importancia de la sostenibilidad, la conservación y el respeto por el entorno natural.
Reflexión y autoconocimiento: Caminar proporciona un tiempo invaluable para la reflexión y el autoconocimiento. Alejados de las distracciones cotidianas, nos sumergimos en un ritmo más lento y tenemos la oportunidad de explorar nuestros pensamientos, metas y aspiraciones. La quietud, los paisajes y el silencio de la naturaleza nos brindan un espacio propicio para el autodescubrimiento y la claridad mental.
Desconexión digital: En un mundo hiperconectado, caminar por caminar proporciona una oportunidad para desconectar de las pantallas y las distracciones digitales. Al dejar atrás los dispositivos electrónicos, podemos sumergirnos en el momento presente, prestar atención a nuestro entorno y estar más presentes en nuestras propias experiencias.
Estimulación de los sentidos: Al caminar, nuestros sentidos se agudizan y nos abrimos a una experiencia sensorial más profunda. Podemos disfrutar de los colores vibrantes de la naturaleza, percibir los aromas frescos del aire, escuchar los sonidos de la vida silvestre y saborear la libertad y la conexión con cada paso que damos.
Estimulación creativa: La actividad de caminar ha sido reconocida como una fuente de inspiración para muchos creativos a lo largo de la historia. Al dejar que nuestra mente vague mientras caminamos, se liberan bloqueos mentales y se fomenta la creatividad. Las ideas fluyen de manera natural y podemos tener nuevas perspectivas y soluciones a problemas que podrían haber estado estancados anteriormente.
Mejora de la salud física: Caminar es una forma de ejercicio aeróbico de bajo impacto que puede mejorar nuestra salud física. Aumenta la circulación sanguínea, fortalece los músculos y los huesos, y ayuda a mantener un peso saludable. Además, caminar al aire libre nos expone a la vitamina D del sol, lo cual es beneficioso para nuestra salud general.
Reducción del estrés y mejora del bienestar mental: El simple acto de caminar en la naturaleza puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar mental. Está demostrado que caminar reduce el estrés, alivia la ansiedad y mejora el estado de ánimo. Nos permite escapar de las preocupaciones diarias y encontrar calma y serenidad en el movimiento y la conexión con la naturaleza.
Exploración y descubrimiento: Al caminar sin un destino específico, nos abrimos a la exploración y el descubrimiento. Podemos encontrarnos con lugares sorprendentes, paisajes impresionantes y detalles ocultos que de otra manera nos habríamos perdido. Cada caminata se convierte en una aventura única y nos permite conectar con el entorno de una manera más profunda.
Practicidad y accesibilidad: Caminar es una actividad accesible para la mayoría de las personas. No requiere equipos costosos ni habilidades especializadas. Solo necesitamos un par de zapatos cómodos y podemos emprender una caminata en cualquier lugar: en la ciudad, en la montaña, en la playa o en senderos naturales. Es una forma de movimiento simple y natural que todos podemos disfrutar.
En resumen, caminar por caminar no solo se trata de mover las piernas, sino de desafiar nuestros límites, conectarnos con la naturaleza, construir comunidades y explorar nuestro propio crecimiento personal.
Caminar, no es solo por caminar, es una oportunidad para descubrir nuevos horizontes, encontrar significado y vivir una experiencia enriquecedora. Caminar es una práctica simple pero poderosa que puede enriquecer nuestras vidas de muchas maneras.
Al final solo me queda decir que quien dice peyorativamente que “caminar por caminar” no es una buena actividad, solo lo dice porque no lo ha hecho nunca o lo ha hecho mal.