Recientemente he visto un video de una jovencita que viendo una publicación de un chico que se ha suicidado, pide que lo volteen “porque es muy gracioso verlo”, mostrando una horrible insensibilidad. Los comentarios y ataques en contra de ella han sido tan abrumadores que la chica tendrá muchos problemas en su vida de aquí en adelante.
Este fenómeno se inició hace varios años y tiene un nombre.
Al parecer todo comenzó en el año 2013, Justine Sacco de 30 años, una ejecutiva de relaciones públicas de una empresa internacional viajaba a Sudáfrica a visitar unos familiares, y publicaba en twitter varios mensajes sarcásticos sobre el viajar, criticando algunos de los otros viajeros o la comida en Inglaterra y al final, publicó un tweet antes de abordar un vuelo a Sudáfrica que decía: “Going to Africa. Hope I don’t get AIDS. Just kidding. I’m white!” (Yendo a África. Espero no contraer el SIDA. Es broma. ¡Soy blanca!). Antes de aterrizar, su comentario se había vuelto viral y recibió una avalancha de críticas y condenas en las redes sociales. Perdió su trabajo y su reputación sufrió daños significativos debido a lo que con el correr del tiempo se e conoce como online shaming.
A esto se le conoce como “Online Shaming” (verguenza en línea), o “Funar” (Chile) cuando lo que se intenta es desacreditar a alguien publicando cosas que dice o hace, sean verdad o mentira.
Actualmente en las redes se da un fenómeno de descalificación y ataque masivo a personas por sus acciones o mensajes que de forma intencionada o inconsciente son dados a conocer en las redes sociales y estas explotan en forma de reacciones indignadas o enojadas ante el actuar de la persona.
Peligros
De las redes sociales
Algunas veces son cosas que ellos mismo publican y otras veces alguien los graba y los expone públicamente.
Muchas de esas situaciones se dirigen en contra de acciones que afectan de las siguientes formas:
Cancelación de celebridades: Ha habido numerosos casos en los que celebridades, ya sean actores, músicos o figuras públicas, han sido objeto de cancelación en las redes sociales debido a comentarios o acciones considerados inapropiados o insensibles. Por ejemplo, el caso de Kevin Hart, quien enfrentó críticas y presión en línea por comentarios homofóbicos en su pasado, o el de Roseanne Barr, cuyo programa de televisión fue cancelado después de un tweet racista.
Acusaciones de acoso sexual: Cuando se hacen acusaciones de acoso sexual o comportamiento inapropiado en las redes sociales, a menudo se desencadena una campaña de shaming online contra el presunto agresor. Esto puede resultar en la pérdida de empleo, reputación dañada y consecuencias legales.
Campañas de linchamiento digital: En algunas ocasiones, grupos de usuarios de las redes sociales pueden unirse para acosar y avergonzar a una persona por diversas razones, a menudo por diferencias políticas o ideológicas. Este tipo de linchamiento digital puede ser muy perjudicial para la persona afectada.
Errores públicos y vergüenza: Cuando una persona comete un error público, como una equivocación en un discurso o una publicación en las redes sociales con información incorrecta, puede enfrentar una oleada de críticas y vergüenza en línea. Estos errores pueden ir desde figuras políticas hasta empresas.
Campañas de odio y difamación: Algunas personas o grupos pueden utilizar las redes sociales para difamar y avergonzar a individuos o comunidades enteras debido a su origen étnico, género, orientación sexual u otras características. Esto puede tener graves consecuencias para la víctima y puede considerarse un caso de shaming online.
Exposición de comportamiento hipócrita: Los usuarios de redes sociales a menudo destacan el comportamiento hipócrita de figuras públicas o políticos, señalando contradicciones entre lo que dicen y lo que hacen. Estas exposiciones pueden llevar a la vergüenza pública y la pérdida de credibilidad.
Es importante destacar que, si bien algunas de estas campañas pueden tener un propósito legítimo, como la denuncia de comportamientos inaceptables o la promoción de la responsabilidad, también pueden ser abusivas y tener consecuencias graves para las personas afectadas. La cultura del “shaming online” plantea importantes cuestiones éticas y morales sobre la forma en que se utiliza el poder de las redes sociales para influir en la vida de las personas.
Tanto es el morbo por estas situaciones que hay cuentas en las redes sociales dedicadas a divulgar estos deslices de usuarios que no han entendido lo peligroso que es exhibir públicamente su vida en las redes sociales.
Todo lo que hagas, todo lo que digas
Será usado en tu contra
A veces no es algo que uno quiera publicar, sino que en esta era de “aldea global” cada teléfono móvil es una cámara de video y las redes sociales hacen que cada persona del planeta con un teléfono inteligente sea un paparazzi en potencia.
Entonces cuando las personas reaccionan mal ante situaciones, por causa del estrés diario, provocaciones o por cualquier otra razón, siempre habrá alguien que estará listo a grabar y publicarlo sin consentimiento ni respeto a la intimidad de nadie, provocando casos como el de Amy Cooper en Central Park: En 2020, Amy Cooper, una mujer blanca, fue filmada en Central Park de Nueva York llamando a la policía y haciendo falsas acusaciones contra un hombre afroamericano que le había pedido que atara a su perro. El video se volvió viral y Amy Cooper enfrentó una reacción masiva en las redes sociales, incluyendo la pérdida de su trabajo y una gran cantidad de críticas.
Pero no siempre es unilateral el efecto del shaming online, ni siempre con finalidades reivindicativas, hay casos en los que se revierte como:
A principios del año 2013, un programador estaba sentado en una conferencia para desarrolladores de tecnología en Santa Clara, California, cuando se le ocurrió una broma estúpida, sobre unos artefactos llamados “dongles”. Le murmuró el chiste a su amigo sentado a su lado, me dijo. “Fue tan malo que no recuerdo las palabras exactas”, dijo. “Algo sobre una pieza de hardware ficticia que tiene un dongle realmente grande, un dongle ridículo.
Momentos después, una mujer situada en una fila delante de ellos se levantó, se dio la vuelta y tomó una fotografía. Pensó que estaba tomando una foto de la multitud, así que miró al frente, tratando de no arruinar la foto. Es un poco doloroso mirar la fotografía ahora, sabiendo lo que se avecinaba.
La mujer había oído el chiste. Lo consideró emblemático del desequilibrio de género que afecta a la industria tecnológica y la cultura corporativa tóxica y dominada por los hombres que surge de él. Ella tuiteó la imagen a sus 9.209 seguidores con la leyenda: “No es genial. Bromas sobre. . . dongles ‘grandes’ justo detrás de mí”. Diez minutos más tarde, lo llevaron a él y a su amigo a una sala tranquila de la conferencia y les pidieron que se explicaran. Un día después, su jefe lo llamó a su oficina y lo despidieron.
“Empaqué todas mis cosas en una caja, salí a llamar a mi esposa. No soy alguien que derrame lágrimas, pero cuando me subí al auto con mi esposa simplemente… Tengo tres hijos. Que me despidieran fue aterrador”.
Sin embargo, la mujer que tomó la fotografía, Adria Richards, pronto sintió ella misma la ira de la multitud. El hombre responsable de la broma del dongle había publicado sobre la pérdida de su trabajo en Hacker News, un foro en línea popular entre los desarrolladores. Esto provocó una reacción violenta desde el otro extremo del espectro político. Los llamados activistas por los derechos de los hombres y troles anónimos bombardearon a Richards con amenazas de muerte en Twitter y Facebook. Alguien tuiteó la dirección de la casa de Richards junto con una fotografía de una mujer decapitada con cinta adhesiva sobre la boca. Temiendo por su vida, abandonó su casa y durmió en los sofás de sus amigos durante el resto del año.
Luego, el sitio web de su empleador cayó. Alguien había lanzado un ataque DDoS, que satura los servidores de un sitio con solicitudes repetidas. A SendGrid, la empresa donde ella trabajaba, le dijeron que los ataques cesarían si despedían a Richards. Ese mismo día fue despedida públicamente.
“Lloré mucho durante ese tiempo, escribí un diario y me escapé viendo películas”, me dijo más tarde en un correo electrónico. “SendGrip, me arrojó debajo del autobús. Me sentí traicionada. Me sentí abandonada. Me sentí avergonzada. Me sentí rechazada. Me sentí sola”.
Riesgos de las redes sociales
Qué hacer y qué no hacer
Exhibirse públicamente en las redes sociales conlleva ciertos riesgos y peligros que deben ser tenidos en cuenta. Aquí hay algunas de las preocupaciones más importantes:
Privacidad y seguridad personal: Compartir información personal en las redes sociales puede exponer a las personas a riesgos de privacidad y seguridad. La sobreexposición de datos personales, como la ubicación, la dirección, los números de teléfono y otros detalles personales, puede facilitar el acoso cibernético, el robo de identidad y otros tipos de delitos en línea.
Reputación y consecuencias profesionales: Las publicaciones imprudentes o controvertidas en las redes sociales pueden tener un impacto negativo en la reputación personal y profesional de una persona. Los empleadores, colegas, clientes y otros pueden ver y juzgar lo que se comparte en línea. Comentarios o comportamientos inapropiados pueden resultar en la pérdida de empleo o en la negación de oportunidades profesionales.
Acoso y ciberbullying: Las redes sociales pueden ser un caldo de cultivo para el acoso cibernético y el ciberbullying. Las personas pueden ser blanco de ataques verbales, difamación y amenazas en línea, lo que puede tener efectos devastadores en su salud mental y bienestar.
Exposición no deseada: Las fotos y los mensajes compartidos en línea pueden ser compartidos y redistribuidos sin el consentimiento de la persona que los publicó originalmente. Esto puede llevar a la exposición no deseada, especialmente en casos de imágenes o contenido íntimo compartido sin permiso.
Suplantación de identidad y phishing: Compartir información personal en las redes sociales puede hacer que las personas sean más vulnerables a la suplantación de identidad y a los intentos de phishing. Los estafadores pueden utilizar la información disponible en las redes sociales para tratar de engañar a las personas y robar su información personal o financiera.
Riesgos para los menores: Los niños y adolescentes que utilizan las redes sociales pueden ser particularmente vulnerables a la exposición a contenido inapropiado, así como al acoso cibernético y al contacto no deseado con extraños. Los padres deben supervisar y educar a sus hijos sobre el uso seguro de las redes sociales.
Impacto en la salud mental: La exposición constante a las redes sociales y la comparación con los demás pueden tener un impacto negativo en la salud mental. Las personas pueden experimentar ansiedad, depresión y sentimientos de inadecuación debido a la presión para mantener una imagen idealizada en línea.
Vigilancia y seguimiento: Las redes sociales y las plataformas en línea a menudo recopilan datos sobre el comportamiento de los usuarios, lo que puede ser utilizado para la segmentación de anuncios y la vigilancia en línea. Esto plantea preocupaciones sobre la privacidad y la manipulación de datos.
Para mitigar estos peligros, es importante que las personas sean conscientes de lo que comparten en línea, ajusten sus configuraciones de privacidad, sean selectivas en cuanto a sus conexiones en línea y ejerzan la moderación al publicar contenido. También es fundamental educarse sobre las mejores prácticas de seguridad en línea y promover una cultura de respeto y responsabilidad en las redes sociales.
La mejor manera de prevenir que se capturen momentos de enojo o exaltación es ser consciente de tus emociones y comportarte con respeto y prudencia en línea. Piensa antes de responder a provocaciones y evita involucrarte en discusiones acaloradas o controversiales en las redes sociales.
Revisa y ajusta las configuraciones de privacidad de tus cuentas en redes sociales. Limita quién puede ver tus publicaciones, quién puede etiquetarte en fotos y quién puede enviarte mensajes directos. Al hacerlo, reducirás la exposición a personas que puedan tener la intención de grabarte en situaciones comprometedoras.
Configura notificaciones para que te alerten cuando alguien etiquete tu nombre o comparta contenido relacionado contigo. Esto te permitirá estar al tanto de cualquier actividad sospechosa y responder de manera oportuna si es necesario.
Utiliza la función de bloqueo y restricción en las redes sociales para controlar quién puede interactuar contigo. Si alguien te está acosando o compartiendo contenido inapropiado, puedes bloquear o restringir su acceso a tu perfil.
Las redes sociales generalmente ofrecen opciones para reportar contenido inapropiado o abusivo. Utiliza estas funciones si te encuentras en una situación en la que necesitas que se retire un video o contenido que te afecta negativamente.
Educa a ti mismo y a los miembros de tu familia sobre los riesgos en línea y las mejores prácticas de seguridad en Internet. La concienciación digital es clave para prevenir situaciones desagradables en línea.
Recuerda que, aunque puedes tomar medidas para proteger tu privacidad en línea, no siempre podrás evitar que otras personas actúen de manera inapropiada. Si te encuentras en una situación de acoso o difamación en línea, considera buscar asesoramiento legal o ponerse en contacto con las autoridades relevantes, ya que puede haber leyes que protejan tus derechos en línea.