En estos días se dieron a conocer los primeros premios nobel del año 2025, literatura para el escritor húngaro László Krasznahorkai, y el de Paz para la política, ingeniera industrial y profesora venezolana, María Corina Machado Parisca.
Fuera de los eternos y a veces estériles debates sobre si son merecidos o no, me entró un poco la curiosidad de conocer un poco más acerca de estos premios.
Lo que casi todos sabemos es que fueron instituidos por Alfredo Nobel, el inventor de la dinamita, dejando su fortuna para premiar ciertas actividades humanas científicas, morales y artísticas.
Pero la historia detrás de los premios es muy interesante, entonces veamos en detalle algo más sobre la historia de los Premios Nobel y de ahí pasar a la que nos interesa, el premio Nobel de Literatura.
Un poco de Historia
Alfred Bernhard Nobel nació el 21 de octubre de 1833 en Estocolmo, Suecia, y murió el 10 de diciembre de 1896 en San Remo, Italia.
Fue inventor, químico, ingeniero, empresario y humanista, aunque paradójicamente su fama en vida se debió a un invento letal: la dinamita.
Su padre fue Immanuel Nobel, inventor y constructor de maquinaria y su madre, Carolina Andriette Ahlsell.
Su padre, arruinado por guerras y negocios fallidos en Suecia, se trasladó a San Petersburgo (Rusia), donde Alfred creció rodeado de ingeniería y experimentos.
Recibió una educación privada muy completa: hablaba sueco, ruso, francés, inglés y alemán, y estudió química, física y literatura.
Se formó en Europa, trabajando en París con Ascanio Sobrero, el químico que había descubierto la nitroglicerina (un explosivo extremadamente inestable).
Fue entonces que Alfred se obsesionó con hacer seguro el uso de la nitroglicerina.
Tras varios experimentos —y tragedias, incluida la muerte de su hermano menor Emil en una explosión—, en 1867 logró estabilizarla mezclándola con un tipo de polvo de cierta piedra porosa llamada diatomita o kieselgur, formada por microfósiles de unas algas unicelulares llamadas diatomeas.
Así nació la dinamita, que podía transportarse y detonarse con seguridad controlada.

Su invención revolucionó la minería, la ingeniería civil y la construcción de ferrocarriles, túneles y canales.
Sin embargo, casi todo avance científico tiene además, usos militares y por lo tanto, también fue utilizada con fines bélicos, lo que le valió el apodo en la prensa de su época:
Fundó más de 90 fábricas y laboratorios en más de 20 países.
Nobel, registró 355 patentes, entre ellas explosivos, detonadores y materiales sintéticos.
Vivió la mayor parte de su vida viajando entre París, Hamburgo, Estocolmo y San Remo, donde murió.
Nunca se casó ni tuvo hijos; su vida fue solitaria, aunque tuvo correspondencia afectuosa con la escritora Bertha von Suttner, una periodista, novelista y activista pacifista austro-bohemia autora de la novela “Abajo las armas”.Más tarde ganaría el Premio Nobel de la Paz (1905).
La historia cuenta que en 1888, cuando murió su hermano Ludvig en Cannes, un periódico francés confundió la identidad y publicó un obituario equivocado:
“El mercader de la muerte ha muerto, Alfred Nobel, que se enriqueció encontrando formas de matar a más personas más rápidamente que nunca, ha muerto.”
Nobel leyó esa necrológica —su “propia muerte”— y quedó profundamente impactado.
Esa experiencia lo hizo reflexionar sobre cómo sería recordado, y lo impulsó a redefinir su legado.
Ocho años después, en 1895, redactó su testamento en el Club Sueco-Noruego de París, donde estableció que su fortuna se destinara a premios que beneficiaran a la humanidad.
Su testamento, compuesto en sueco el 27 de noviembre de 1895, establecía cinco premios anuales:
- Física
- Química
- Medicina o Fisiología
- Literatura
- Paz
El documento sorprendió a sus herederos y al mundo.
Decidió que los premios fueran administrados por instituciones suecas y noruegas (este último, el de la Paz, porque en ese momento Suecia y Noruega formaban una unión política).
Murió un año después, en 1896, en San Remo, Italia, de una hemorragia cerebral.
Fue enterrado en Estocolmo, y su fortuna se usó para crear la Fundación Nobel (1900).
Alfred Nobel era intelectualmente brillante: le apasionaba la poesía, la filosofía y las ciencias naturales.
De caracter melancólico y solitario, escribió poesía y obras de teatro, aunque destruyó gran parte de ellas.
Pese a ser inventor de explosivos, defendía la idea de que el temor a la destrucción podría forzar la paz mundial (“mi dinamita logrará la paz antes que los congresos”).
Su idea de un premio perpetuo fue una manera de transformar una fortuna industrial en una institución moral y cultural duradera.
Más de 120 años después, su nombre se asocia con excelencia, descubrimiento, arte y paz, no con la dinamita.
El “mercader de la muerte” se convirtió, irónicamente, en el mecenas más duradero de la humanidad.
“Quiero ser recordado por haber ayudado al progreso, no por haber inventado un arma.”
— Alfred Nobel (en una carta de 1895)
¿Cómo es que el premio Nobel no se agota?
Como Nobel dejó estipulado que su herencia sirviera para crear una fundación que premiase lo más relevante de las cinco actividades humanas ya mencionadas, ¿Cómo es posible que el dinero no se haya agotado, más de cien años después?
El Fondo Nobel
Cuando Alfred Nobel murió en 1896, en su testamento se estableció que dejó casi 31 millones de coronas suecas (aproximadamente 250 millones de dólares al cambio actual).
Esa suma se destinó a crear un fondo administrado por una institución independiente: la Fundación Nobel (Nobelstiftelsen), constituida oficialmente en 1900.
El testamento ordenaba que los intereses anuales del capital (no el capital mismo) se distribuyeran como premios a quienes hubieran beneficiado a la humanidad en cinco áreas: Física, Química, Medicina, Literatura y Paz.
Las inversiones de la fundación Nobel
La Fundación Nobel no reparte dinero directamente del fondo original, sino solo los rendimientos que este genera a través de inversiones.
Esto convierte el fondo en un capital perpetuo, parecido a un fideicomiso o endowment universitario.
El capital inicial fue invertido principalmente en:
- Bonos del Estado sueco y noruego
- Acciones de empresas industriales y financieras
- Fondos diversificados internacionales
- En años recientes, también en inversiones sostenibles o éticas.
Hoy el fondo está valorado en alrededor de 5,000 millones de coronas suecas (unos 450 millones de dólares estadounidenses).
Rendimiento y sostenibilidad
El rendimiento anual promedio ha sido de alrededor de 3–4 % real (descontando inflación).
Con esos intereses, la Fundación paga:
Los premios monetarios (que varían cada año, actualmente son unos 11 millones de coronas aproximadamente 1 millón de US dólares por categoría).
Los gastos administrativos, ceremonias y manutención de los comités.
Los programas educativos y la comunicación pública de la ciencia y la cultura.
En los años difíciles —por ejemplo, durante la Gran Depresión (1930s) o la crisis del petróleo (1970s)— se redujo temporalmente el monto de los premios, pero el fondo nunca se tocó.
Ajustes modernos, administración y transparencia
La Fundación Nobel sigue una política de inversión conservadora pero diversificada, con criterios de:
- Sostenibilidad a largo plazo
- Preservación del capital real frente a la inflación
- Rendimiento estable en el tiempo
Por ejemplo, durante el siglo XX el fondo creció más rápido que la inflación global.
En 1901, el primer premio equivalía a unos 150 000 coronas (el salario de un profesor universitario por más de 15 años).
Hoy, los premios equivalen a 11 millones de coronas cada uno, con el mismo poder adquisitivo relativo.
La Fundación Nobel (Nobelstiftelsen) es una entidad privada sin fines de lucro, con sede en Estocolmo.
Cada año publica su memoria financiera auditada, donde se detallan:
- Las inversiones,
- Los rendimientos netos,
- Y los gastos en cada comité (Física, Química, Medicina, Literatura y Paz).
Estas memorias son públicas y se pueden consultar en nobelprize.org.
Recapitulando tenemos que entre el capital inicial y un buen manejo financiero han logrado hacer un fondo sostenible que permite premiar año con año, tal como Alfred Nobel lo deseó y hacer constante su legado desde hace más de 120 años.
Fondo inicial (1896) 31 millones de coronas suecas
Valor actual (2020s) ~5 000 millones de coronas (~450 millones USD)
Fuente de ingresos Inversiones en bonos, acciones y fondos
¿Qué se gasta? Solo los intereses y rendimientos, no el capital.
Premio por categoría (2025) 11 millones de coronas (≈ 1 millón USD)
Objetivo del testamento :
“Recompensar a quienes hayan hecho el mayor bien a la humanidad”
Los Primeros Premios Nobel (1901)
El 10 de diciembre de 1901, en el quinto aniversario de la muerte de Alfred Nobel, se celebró en Estocolmo y Oslo la primera ceremonia oficial de entrega de los Premios Nobel.
Los galardones fueron concedidos en las cinco categorías previstas en su testamento: Física, Química, Medicina, Literatura y Paz.

Premio Nobel de Física
Wilhelm Conrad Röntgen (Alemania)
Descubrimiento: los rayos X (1895).
Su hallazgo revolucionó la medicina y permitió ver el interior del cuerpo humano sin cirugía. Fue el primer gran paso hacia la radiología moderna.
Premio Nobel de Química
Jacobus Henricus van ’t Hoff (Países Bajos)
Descubrimiento: las leyes de la dinámica química y de la presión osmótica en soluciones.
Pionero de la química física moderna; sus teorías unieron la física y la química en una sola ciencia cuantitativa.
Premio Nobel de Medicina o Fisiología
Emil von Behring (Alemania)
Descubrimiento: la terapia con suero contra la difteria.
Su antitoxina salvó miles de vidas infantiles y abrió el camino a la inmunología moderna. Fue conocido como “el salvador de los niños”.
Premio Nobel de Literatura
Sully Prudhomme (Francia)
Obra: Poésies (1865) y Le Bonheur (1888).
Poeta del simbolismo filosófico, fue premiado por su “idealismo elevado, perfección artística y sensibilidad del alma humana”.
Aunque hoy su fama ha sido eclipsada por otros contemporáneos, fue elegido por encarnar el ideal moral que Alfred Nobel deseaba exaltar.
Premio Nobel de la Paz
Henri Dunant (Suiza) y Frédéric Passy (Francia) (compartido)
Dunant: fundador de la Cruz Roja Internacional y promotor de la Convención de Ginebra.
Passy: economista y líder del movimiento pacifista europeo.
Su elección simbolizó el deseo de Nobel de que la ciencia y el humanismo trabajaran juntos por la paz.