La auto publicación fue la forma primigenia de edición editorial, pues los libros en su fase más primitiva eran grabados en tablillas de barro con punzones que eran moldes de la escritura cuneiforme, pero siglos después con el advenimiento de modelos de escritura más abstractos y en medios más ágiles como el papiro; la transmisión y conservación del pensamiento, de las historias, poemas, leyendas, y otras manifestaciones literarias, fue mucho más sencilla.
En esos tiempos, la versión original de un escrito era la única disponible, pero para solventar esta situación, nació la profesión de copista, que era una persona que podía escribir y por lo tanto copiar un manuscrito, pero estos copistas casi siempre estaban ligados a la jerarquía eclesiástica que era quien decidía, qué libros se reproducían, así nace la primera versión del trabajo editorial
Con el descubrimiento y adopción de la imprenta de tipos móviles, hecha por Gutenberg a mediados del siglo trece, la reproducción de libros se convierte en una industria, pues ya no eran necesarios copistas que trabajaban de sol a sol durante varios días o meses para reproducir un solo libro. Con la imprenta, se podían hacer muchas reproducciones en pocos meses o incluso en pocos días. pasando de unos pocos miles de libros copiados a mano entre los años 1,400 y 1,450 a más de diez millones en el lapso de los cincuenta años restantes del siglo.
Como todo en la vida gira en torno al dinero, nació también el negocio editorial y con él todos los vicios que nos han acompañado hasta hoy, de esta manera la publicación de un libro se convirtió en un ingrato calvario para el escritor, que fue sometido al desprecio de las editoriales hasta que desiste o en algunos casos logra ver la luz.
Víctimas tempraneras del rechazo editorial fueron “Cien años de Soledad” de Gabriel García Márquez, “Rebelión en la granja” de George Orwell, “Lo que el viento se llevó” de Margaret Mitchell, “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust, incluso el reciente mega éxito de ventas, “Harry Potter” de J.K.Rowling recibieron muchas negativas antes de una respuesta positiva y como los ejemplos anteriores muchos otros autores han pasado por esta calle y de no ser por su resiliencia y tenacidad, no hubieran visto la luz estas obras, consideradas hoy, ejemplos de literatura.
La literatura, pasó de ser un arte, a un negocio que mueve millones de dólares y las editoriales se convirtieron en todopoderosas creadores de estrellas y generadoras de “best sellers” que los hacen ganar millones de dólares pero dejan en el limbo a miles de escritores que nunca pudieron publicar un solo libro, pues no pudieron pasar el filtro de los editores que a veces es extremadamente riguroso o a veces bastante corrupto.
Los concursos literarios solían ser la única oportunidad para que una obra, se pudiera publicar, pero ahí tambien llega el interés comercial y también condena al olvido a muchos autores inéditos.
Queda la auto publicación tradicional, que solo es posible si el autor cuenta con el dinero suficiente como para financiarse todo el proceso de edición y publicación, desde la revisión, edición, corrección, maquetado, montado e impresión con una imprenta tradicional, imprimiendo unos cien o doscientos ejemplares.
Se invierte dinero y tiempo hasta tener en las manos el lbro físico, pero eso no garantiza ventas y algunos de estos autores terminan regalando sus novelas a familiares y amigos o si tienen suerte estos familiares y amigos son las únicas ventas que hacen.
Los escritores que no tienen los medios económicos para publicar de este modo, la tenían realmente complicada, hasta que apareció el modelo de negocio de auto publicación digital que fue complementado, más adelante, con la publicación impresa “bajo demanda” gracias a máquinas como la famosa “Expresso Book Machine” que rompe totalmente el esquema de impresión por tirajes de una cantidad específica a un modelo basado en pedido.
Esto funciona así, alguien compra un libro y simplemente se toma el archivo digital ya maquetado para el tamaño de libro deseado y la máquina es capaz de imprimir, encuadernar y entregar un solo libro, como si fuera una bebida enlatada en un dispensador, el libro ya impreso y encuadernado, se entrega al comprador, ahorrando los costos de un tiraje de cien, de mil o die mil libros, que no se sabe si se van a vender.
En todo este negocio surgen muchas tiendas, entre las que destaca Amazon como pionera de este nuevo mercado, creando y consolidando un nuevo paradigma en la industria editorial al combinar la publicación digital con la impresión bajo demanda, creando así un nuevo modelo de negocio con la autopublicación, que permite a quien tiene los conocimientos básicos de edición y manipulación de imágenes con ordenador, la publicación de un libro, gracias a herramientas que a partir de un archivo en word, por ejemplo, hacen el maquetado según el tamaño solicitado.
Algunas de estas plataformas proporcionan incluso herramientas sencillas para la creación de portadas que permiten facilitar e incluso ahorrar dinero en el trabajo de diseño de una portada, para que un autor de escasos recursos incluso pueda publicar libre de los problemas que habitualmente enfrenta cuando por esta razón se convierte además de autor en editor aficionado.
Pero para quien solo tiene como habilidad escribir, siempre puede subcontratar las otras tareas, revisión, edición, diseño y creación de la portada, lo que se ha convertido en una oportunidad para muchos profesionales en estas áreas, que han encontrado un nicho de negocios, rebajando un poco sus tarifas habituales para cubrir demandas que son un poco más sencillas y que les permiten tener un flujo constante de ingresos ya sea revisando y editando textos, creando portadas o haciendo otras tareas, incluso de mercadeo.
Esto hace que la competencia sea feroz, para quienes tienen aspiraciones de hacer una carrera literaria bajo esta modalidad, pero para quienes lo hacemos por diversión, es un verdadero placer, ver nuestra obra publicada, impresa, e incluso saber que se ha vendido, ni por cerca tanto como un libro de Coelho o de King, pero es muy gratificante saber que alguien lo ha comprado, y no solo los parientes o amigos, sino un lectora a quien no tenemos el gusto de conocer personalmente, pero que nos ha dado el voto de confianza e incluso las estrellitas que demuestran que le ha gustado.