Cuenta la leyenda que existe una variedad de serpiente o culebra llamada Zumbadora que guarda un tesoro particular, que solo es entregado a un hombre de bien, tras una dura y peligrosa prueba de entereza, coraje, fuerza y determinación.
Lo que el abuelo le dijo a Mario, el joven de nuestra historia anterior fue lo siguiente.
“Debes buscar la piedra de la Zumbadora, ésta la tiene la culebra que lleva ese nombre, pero no la vas a obtener tan fácil, pues se va a defender con todo y te pondrá a prueba, para ver si sos digno de poseerla.
Primero debes prepararte para enfrentarla, vas al campo y buscás dos varas de Bambú o de Guayabo, que tengan al menos tres cuartas de largo y que sean muy delgadas y largas, pero que a la vez resistan golpes sin quebrarse.
Le quitás todos los nudos hasta que te queden lisitas, lisitas sin asperezas y entonces las llevás a bendecir con el agua bendita de la pila bautismal.
No le digás a nadie lo que estás haciendo, así que disimulá bien, y llevalas escondidas en tu pantalón, que nadie te vea echarles el agua bendita.
Luego las guardás debajo de tu cama y te vas al campo, fuera del camino a buscar a la culebra zumbadora, esta es un poco larga, verde o amarilla, pero se reconoce por que la punta de la cola es negra, además se escucha una especie de zumbido cuando se mueve.
Debés tener cuidado de que no te descubra y tenés que seguirla hasta que la veas meterse en la cueva donde vive, entonces esperás un momento y rápido, tapás la cueva con una piedra grande y rellenás los huecos con piedras pequeñas y con mucha tierra, le echás un poco de agua para que haga lodo duro y se seque.
La culebra entra solo a dormir y lo hace después de haber comido, para dormir por unos cuatro días, por eso no va a sentir que le tapás la cueva, pero cuando se despierte verá que no puede salir y se va a poner bien encabronada, porque son bravas.
Entonces marcas el sitio con un pañuelo Rojo y te vás de ahí, esperás siete días y regresás con las dos varas, un pañuelo blanco, bien lavado sin ninguna mancha de mugre y con un machete para destapar la guarida de la culebra.
Con la punta del machete, destapás la cueva y esperás a un lado, porque al poco rato, la Zumbadora va a salir disparada del agujero, bien emputada y con ganas de desquitarse de todo aquel que vea.
Entonces botás el machete, no lo recojás aunque creás que te va a salvar, porque si lo agrarrás para defenderte, entonces la Zumbadora te va a cachimbiar y lastimarte en serio, no a ponerte a prueba.
Armado con las dos varas, tenés que hacerle frente, lo que la Zumbadora hace es acercarse a vos y con la boca muerde una rama o las raíces de algún palo para usar su cuerpo como látigo, intentando golpearte el cuerpo a latigazos.
Tenés que parar los latigazos con las varas, evitando a toda costa que te llegue a tocar el cuerpo, si te da en las manos o en los brazos, te va a doler como la gran puerca, pero lo podés resistir, pero si te toca cualquier otra parte del cuerpo, entonces el dolor será tan fuerte que ya no te vas a poder defender, y si por desgracias agarrás el machete nada te va a salvar, te va a matar ahí mismo.
La zumbadora va a saltar hacia vos, para agarrar alguna rama e intentar latiguearte, debés estar atento a detener sus latigazos con las varas, soportando el dolor si te toca las manos o los brazos.
Si lográs estar siete latigazos sin que te toque, entonces habrás ganado, si te toca la mano o el brazo la cuenta inicia de nuevo, pero podrás seguir peleando, si te toca otra parte del cuerpo solo las ánimas benditas te salvarán la vida y si sobrevives quedarás jugado para toda la vida.
Si lográs derrotarla, se va a detener y debés estar atento pues comenzará a hacer como que vomita y entonces va a poner a tus pies una piedra blanca como una perla del tamaño de una semilla de mango, luego se irá, dejándotela como presente.
No vayás a tocar la piedra por nada del mundo con las manos peladas, sino que tenés que sacr tu pañuelo blanco, ver que sigue tan blanco y limpio como lo llevabas y entonces tomas la piedra con el pañuelo y la envolvés bien con el pañuelo, si es posible amarrándola con un nudo para que no se quede fuera del pañuelo y te la echás a la bolsa.
Esa piedra te hace invencible y logra que tengás éxito en todo lo que te propongás
Solo vas a obtener la piedra si sos hombre de bien, si la quieres usar para hacer el mal entonces no vas a poder contra la Zumbadora.
Etimología u origen del nombre
Culebra es el término con que se conoce a una familia de serpientes (colubridae o colúbridos), que incluye a unas mil ochocientas especies, aunque coloquialmente se le llama culebra a todo ofidio que no es venenoso, en nuestro país.
Zumbar es la cualidad de emitir un sonido característicoen el aire, en este caso como el chasquido de un látigo, por lo tanto el significado del nombre sería una serpiente que hace zumbar al aire con su cuerpo, mientras azota a su víctima.
Contexto histórico
No existen referencias históricas de una culebra similar en la región, aunque la serpiente en cuestión si existe, siendo su nombre científico el siguiente, Drymarchon melanurus o arroyera de cola negra, conocida en la región centro americana también con diversos nombres como: babatua, sabanera, rabo negro, etc.
Se trata entonces de una especie de serpiente no venenosa que puede llegar a medir entre 180 a 240 centímetros de largo, habitual en la región extendida desde México hasta Colombia y Venezuela, pero que no tiene las características de la leyenda ni posee piedra alguna, que brindar. Aunque la búsqueda de su piedra mágica es una creencia popular sin fundamento, es posible que se le persiga y mate a causa del mito, por lo que ha sido incluida como una especie en peligro de extinción, según la lista Roja de especies amenazas de la UICN 2021.
Solamente en El Salvador existe la leyenda que hemos relatado en relación con la serpiente y su gema mágica, así como el mito tejido en torno a la forma en que se obtiene dicha joya.
La culebra zumbadora en la cultura popular
Roque Dalton en su poema “Larga vida o buena muerte para Salarrué” del libro “Las historias prohibidas del Pulgarcito” hace mención del poema, destacando que la piedra de la Zumbadora es de color azul.
...que no le falte el pisto ni el amor necesario, que coma sus tres tiempos y le sobren amigos la pura mar y sus conchas como si hubiera obtenido la piedra azul que vomita la culebra zumbadora cuando es derrotada por un hombre de bien, que me le caiga también la bendición del Cipitillo...
Roque Dalton
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