Esta fecha, 14 de febrero se ha convertido en una navidad en lo comercial y se aprovecha el amor y la amistad como ganchos para regalar o agasajar a los seres queridos, ya sean pareja o amigos.
Pero haciendo a un lado el aspecto materialista, hoy vi un tweet que me llamó la atención de una tuitera llamada Lectora disfrutona.
Mi respuesta fue:
Porque de tal como lo comenté en mi post sobre la saga en cuestión, Máquinas mortales de Philip Reeve, considero que esa historia de amor es realmente épica en todo sentido y que pocas veces ha sido tratado el amor con tanta vehemencia y calor.
Pero hay enormes competidoras, que son mucho más clásicas y lógicas de pertenecer a esta lista como, Romeo y Julieta de William Shakespeare, la historia de amor por definición, símbolo de la tragedia romántica protagonizada por dos jóvenes pertenecientes a familias antagónicas que han definido el género para la posteridad.
Otra de la lista es Orgullo y Prejuico de Jane Austen con la búsqueda de Elizabeth Benet de alguien a quien amar de verdad y sus encuentros y desencuentros con el señor Darcy.
Un poco menos asidua de esta lista, porque no es propiamente una historia de amor, sino una obra maestra que contiene dentro de la trama general, el desarrollo y evolución una relación romántica entre Mario Pontmercy y Cossete, la protegida de Jean Valjean en la magnífica novela de Víctor Hugo, Los Miserables.
Luego podemos mencionar otras grandes novelas como la bella historia de amor entre Baltasar Sietesoles y Blimunda Sietelunas en el ‘Memorial del convento’, de José Saramago.
No puede faltar la desesperación amorosa de Anna Karenina por el conde Vronsky, novela homónima de Leon Tolstoi.
Por ahí anotan al Gran Gatsby de F.Scott Fitzgerald, Madame Bovary de Gustave Flaubert, Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand, ‘Love Story’, de Erich Segal.
Todas ellas grandes obras, pero yo me quedo con Hester y Tom.