La “Semana Santa” o “Semana mayor” en otros lugares es un período (móvil) del año en el que se conmemora “La pasión” de Jesucristo, es decir, los sucesos que inician con la entrada a Jerusalén, la oración en el huerto, la última cena, el viacrucis, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, teniendo sus días cumbre el “Domingo de Ramos”, “jueves y viernes Santo”, “sábado de Gloria” y “Domingo de Resurrección”.
En dicho período es asueto nacional desde el Jueves Santo en El Salvador, en la mayoría de los países centroamericanos y en varios de Hispanoamérica, caracterizándose por una serie de ritos, procesiones, actos litúrgicos de trascendencia variable según la preeminencia católica del pueblo o ciudad, siendo especiales los casos de Sonsonate en El Salvador, Antigua Guatemala en Guatemala, donde los ritos y procesiones duran horas.
En los pueblos, estos eventos revisten mucha trascendencia y forman parte del acervo cultural popular, como en caso de la pequeña ciudad de Alegría, en el departamento de Usulután en El Salvador.
Tuvimos la oportunidad de participar de algunos de estos momentos de la Semana Santa, aprovechando el asueto para desplazarnos hasta Alegría, que es una ciudad del tamaño de un pueblo pequeño, enclavada en lo alto de volcán de Tecapa en el departamento de Usulután, El Salvador.
A una altura de 1,170 msnm, la ciudad de Alegría, posee un clima muy fresco entre 25° C, en el día y 17° C o incluso menos durante la noche, este clima y sus hermosas vistas, lo convierten en un punto de visita muy apreciado por los residentes en las cálidas ciudades vecinas como San Miguel y Usulután, además de muchas otras poblaciones aledañas en las que las temperaturas promedio rondan los 35° y 40° C. durante el día.
Estuvimos presentes en algunos de los ritos religiosos y en especial recapitulamos en esta entrada, la del “Santo entierro”, que inicia con la ceremonia del “descenso de la cruz” del señor, la cual se hace en forma muy solemne, entre reflexiones, oraciones y cánticos sobre el sacrificio de Jesucristo, con la participación de muchas personas adultas, sobre todo mayores a las que suman una buena cantidad de jovenes incluso infantes.
Durante la ceremonia se baja la imagen de la cruz, su cuerpo es limpiado con algodón bañado en óleos perfumados, simbolizando lo narrado en Juan 19:40, cuando José de Arimatea envuelve a Jesús en lienzos perfumados, en este caso usan algodón impregnado en oleo perfumado, que luego se reparten entre los asistentes a la iglesia.
Pude notar la gran devoción que la gente siente por el rito, que es celebrado con mucha solemnidad.
La imagen de Jesucristo que se encuentra crucificado es descendida con mucha ceremonia, paso a paso y al ser descolgada de la cruz, es ubicada en una plataforma que es transportada en andas hasta fuera de la iglesia y es colocada en la urna de cristal, que la espera en la calle.
Cuando la imagen ya se encuentra dentro de la urna, escoltada por las imágenes de su madre María, la magdalena y alguna otra más, comienza lo que la tradición católica denomina “El Santo Entierro” que recorre el pueblo en una ruta que es adornada por muchas alfombras elaboradas por los vecinos.
Esta urna y las imágenes que la acompañan son transportadas en andas, por grupos de voluntarios que conforman una cofradía, siendo una de las más grandes e importantes de El Salvador la de Sonsonate, conocida como “La hermandad del Santo Entierro”.
Dicha cofradía consta de muchos miembros de los cuales participan directamente cargando la urna, que pesa dos toneladas, más de 800 miembros, que se distribuyen por altura en grupos de 40 hombres para la urna, que se rotan cada media cuadra.
En Alegría, al ser una población mucho más pequeña, la procesión, es más sencilla, aunque no por eso menos solemne y para el paso del Santo Entierro con su comitiva, los residentes preparan las tradicionales alfombras de Semana Santa.
En la elaboración de las alfombras del Santo entierro, los fieles ponen su empeño y creatividad, formando una de las tradiciones más extendidas en la cristiandad hispanoamericana.
Las alfombras se elaboran con aserrín pintado, sal industrial coloreada, flores, imágenes y otros elementos que van desde frutas, flores, pan y multitud de materiales, creando en algunos casos verdaderas obras de arte.
En el caso de Alegría es común poner flores hechas de cebolla o pepinos, hogazas de pan, cascarones de huevo y otros materiales.
El recorrido, que es relativamente corto en Alegría, luego de la ceremonia del descenso que duró como una hora, la procesión comenzó casi a las ocho y media de la noche, terminando como a las dos de la mañana del domingo, en ciudades como Sonsonate, el “Santo entierro” da inicio como a las seis de la tarde y muchas veces termina al amanecer del sábado de Gloria.
En torno a los ritos religiosos, en el caso de Alegría, se vive un gran auge turístico que al final redunda en beneficio para la ciudad, que tiene como principal fuente de ingresos, precisamente el turismo.
Con Evelyn, mi esposa, disfrutamos de una tradición religiosa de siglos de antigüedad, en un lugar que lo celebra con toda solemnidad sin perder el colorido atractivo turístico de un “pueblo vivo”, Ciudad de Alegría en el departamento de Usulután, El Salvador.