Compasión – Cuento

Adolf "Wolf" H.

— ¡Aquí hay uno vivo!

— ¡Ya tenemos llena la carreta!

Lausamer, lo reconoció, era Wolf y no le caía particularmente bien, por su obediencia ciega a los oficiales pero, a fin de cuentas, era su compañero de la brigada dieciséis.

— ¡Lo conozco!

— ¿Quién es!

— ¡Wolf!

— ¡Deja ahí a ese, lameculos!

— Pero…

— ¿Quieres morir aquí por salvarle?

Lausamer lo vio con algo de lástima y culpa pero, de todos modos, estaba inconsciente y seguramente ni se daría cuenta, de que lo iba a dejar abandonado entre los otros cadáveres, aunque, quizá alguien más lo llevaría al hospital de campaña.

Cerca de ellos, otras patrullas estaban también recogiendo a los heridos y a los afectados por el gas venenoso.

Se levantó y comenzó a alejarse cuando Sperl le preguntó.

— ¿Como está?

— No está herido, seriamente, creo que solo está desmayado por el gas.

— Bueno llevémoslo, Kurt acaba de morir — dijo Sperl, acercándose para ayudarle.

— De todos modos, sale con nosotros en la foto, recuerda lo que dijimos de que si sobrevivimos a esto, nos reuniremos después para recordar los viejos tiempos.

Llevaron en volandas a Wolf y lo arrojagon sin mucha delicadeza a la carreta.

Lausamer murió poco después, los de la foto nunca se reunieron.

Wolf sobrevivió.

Entre el ntre el 30 de junio y el 1 de julio de 1934 instigó y lideró lo que se conoce como “La noche de los cuchillos largos” y el 2 de agosto de ese mismo año se autoproclamó Führer und Reichskanzler de Alemania

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