LA MITAD de los salvadoreños no saben leer ni escribir.
De la otra mitad la mayoría no lee nunca si no es una media docena de libros más dañosos que útiles, como el Oráculo, Magia blanca y otros semejantes. Así resulta que la población, en su mayor parte, se nutre con supersticiones, ideas gastadas, prejuicios y consejas.
El pueblo, crédulo e irreflexivo, es presa fácil de conductores egoístas o ineptos. Va de un ídolo a otro, como quien no ha sospechado nunca lo que es un verdadero dios: de un seductor a otro, como quien nunca oyera palabras de verdad, salidas del corazón de un hombre verdadero. Si se compara su desarrollo mental con el alcanzado por el pueblo en el norte de Europa, se nota una diferencia que da lástima. A la par de aquéllos, nosotros somos unos desdichados, sin anhelos, sin personalidad, sin idea remota de lo que es vida libre; creídos de que la audacia puede suplirlo todo, y hablar mucho es saber mucho, que la discordia es sociabilidad, que ya casi nada tenemos que aprender, que el dinero es creador de los más altos dones, y el poder, algo que está por encima de la justicia, de la ciencia y de la conducta.
Así es la atmósfera mental en que vivimos, y de la cual no podemos salir mientras la mayoría continúe incapaz de instruirse; y así habrá de continuar, mientras el libro, que en la época actual es un instrumento indispensable de cultura, sea para ella inaccesible...
Cualquiera que lea este párrafo puede pensar que ha sido escrito hace unas pocas horas, refiriendose a nuestra gente, pues recalca el hecho de que la mayor parte del pueblo no es dada a la lectura de libros, ya sean estos novelas, ensayos, cuentos, historia, biografías, etc.
Lo curioso del caso es que el texto remarcado arriba en “negritas”, fue escrito el año 1915, por don Alberto Masferrer, es decir que el contenido del párrafo en cuestión, tiene más de cien años de antigüedad y sus planteamientos conservan su vigencia a pesar del tiempo transcurrido.
En la época en que Alberto Masferrer, filósofo, educador, audodidacta y escritor, publicaba estos ensayos, el analfabetismo era un hecho en más de la mitad de la población, el insigne maestro sufre por eso y dedica muchas de sus letras a tratar de impulsar el aprendizaje de la lectura y la adopción de la constumbre de leer en el pueblo como medio para la adquisición de la cultura necesesaria para salir del atraso endémico que sufre el país.
En materia de analfabetismo, las cifras han disminuido mucho y en estos tiempo, si se lee, pues gracias a las nuevas tecnologías de información y a los teléfonos móvilse inteligentes, existe una cultura bien arraigada en la población, de leer “memes”, chistes o “tuits”, que han llevado las letras a un minimalismo que asusta, (280 letras por tuit o mensaje)., de tal modo que aunque la tasa de analfabetismo bajó del 50% que posiblemente estaba a principios del sigo pasado a un 10% actualmente, la tasa de verdaderos lectores ha disminuido drásticamente de ese cincuenta por ciento quizá a un diez por ciento.
Desde siempre, los intelectuales se han quejado que el pueblo no lee, no le gusta, al contrario de los países de otras latitudes, en los que la lectura es parte de su vida cotidiana, pero hay que tener en cuenta los factores que han llevado a esa apatía generalizada por la lectura. Algunos parten desde la eduación formal y su infame programa de estudios para las letras, otros desde el seno familiar, pues la adquisición de libros se considera un lujo muy caro.
A pesar de que la excusa de que un libro es muy caro y no tenemos dinero para comprarlo, si tenemos los medios para leer, porque la mayor parte de gente posee al menos un teléfono móvil medio inteligente en su familia.
Estos teléfonos pueden descargar aplicaciones como Apple books,, ebook reader, para los teléfonos Ipohne de Apple, o para los móviles Android están Aldiko, FBReader, Eboox entre muchos otros, quedano para ambas plataformas telefónicas aplicaciones como Kindle, Kobo, Google Play Books. Y existe una enorme colección de libros gratuitos, entre los clásicos de la literatura.
Solo como muestra en Amazon se puede “comprar” un ebook, (libro electrónico) con “50 obras maestras que debes leer antes de morir” por US$2.99, y que a veces está rebajado a US$ 0.99.
En el volumen 1, (hay cuatro volúmenes, 200 obras) se encuentran las siguientes obras.
El Arte de la Guerra – Sun Tzu
Metafísica – Aristóteles
Popol Vuh – Anonimo
El Príncipe – Niccolò Machiavelli
El libro de la vida – Santa Teresa de Jesús
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha – Miguel Cervantes
Discurso del método – René Descartes
Robinson Crusoe – Daniel Defoe
Los viajes de Gulliver – Jonathan Swift
Código de Hammurabi – Rey de Babilonia Hammurabi
Candido – Voltaire
Eugenia Gradet – Honoré de Balzac
La marquesa – George Sand
Los Crímenes de la calle Morgue – Edgar Allan Poe
Diario de un loco – Nikolai Gogol
El gato negro – Edgar Allan Poe
Los tres mosqueteros – Alexandre Dumas
El conde de montecristo – Alexandre Dumas
David Copperfield – Charles Dickens
Bartleby, el escribiente – Herman Melville
Las flores del mal – Charles Baudelaire
El origen de las especies – Charles Darwin
Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas – Lewis Carroll
Crimen y castigo – Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
La media naranja – José Alcalá Galiano
Veinte mil leguas de viaje submarino – Julio Verne
La vuelta al mundo en 80 días – Julio Verne
Ana Karenina – León Tolstoi
Germinal – Emile Zola
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde – Robert Louis Stevenson
El Horla – Guy de Maupassant
El Anticristo – Friedrich Wilhelm Nietzsche
Azul – Rubén Darío
El retrato de Dorian Gray – Oscar Wilde
Las aventuras de Sherlock Holmes – Arthur Conan Doyle
Drácula – Bram Stoker
Yo acuso – Emile Zola
El corazón de las tinieblas – Joseph Conrad
La llamada de la selva – Jack London
Un sueño – Amado Nervo
Peter Pan y Wendy – J.M. Barrie
Tarzán de los monos – Edgar Rice Burroughs
Niebla – Miguel De Unamuno
La metamorfosis – Franz Kafka
Abel Sánchez – Miguel De Unamuno
La tía Tula – Miguel De Unamuno
El paraíso de las mujeres – Vicente Blasco Ibáñez
El profeta – Kahlil Gibran
La Llamada de Cthulhu – Howard Phillips Lovecraft
Magallanes – Stefan Zweig
Es decir, que no hay excusa para no leer.
Si la pantalla molesta se puede poner en color inverso, pantalla negro contra letras blancas, yo lo he probado así y funciona muy buen, la lectura no cansa la vista tanto de este modo.
Pero lo importante es que en más de cien años, las cosas no han cambiado mucho, respecto a la cultura de leer en El Salvador y tal parece que nadie ha hecho algo efectivo al respecto.
Muchos de los salvadoreños que si leen, están en el extranjero, pues ahí se encuentran con que es algo muy común y ventajoso, tener el hábito de la lectura, además el acceso a los libros es económicamente más factible, pero en lo literario y cultural, dentro de El Salador, seguimos viviendo prácticamente en la mísma época que le toco vivir a Don Alberto Masferrer.
Es increíble, si cada libro costara 3 dólares, lo que no es así, estamos hablando de que al comprar esta recopilación de obras maestras, cada una nos costará 0.06 ctvos. de dólar, sencillamente no hay excusa para no leer, me encantó este post.!