Este viernes pasado, aprovechando un asueto nacional, fuimos con mi esposa y otros amigos, a una playa cercana a la capital, el mar en un país tan pequeño como El Salvador está a solo cuarenta y cinco minutos de San Salvador, si consideramos el tráfico normal de fin de semana.
En realidad, la visita era para hacer una inspección a un lugar al que próximamente llegaremos con un grupo de jóvenes y uno de los requisitos para tener los permisos de salida es hacer una inspección del lugar y las áreas que se visitarán, pero eso nos tomó unos pocos minutos y aprovechamos para disfrutar un rato de la playa, el mar, las vista y la brisa marina llenando nuestros pulmones.
Todo estaba muy bien y las vistas del mar siempre son un motivo de belleza apto para ser compartido y tomé un par de fotografías, recordando la canción A por el mar de Luis Eduardo Auté, cuando de pronto, noté algo raro flotando en las olas y como tenía el teléfono en mano capté en un corto video lo que era.
Quedé como en shock, el pobre pez, seguramente se encontró dentro de su hábitat con esta bolsa y al ser transparente, resulta casi invisible dentro del agua, y lamentablemente, se introdujo en la bolsa y por más intentos que debe haber hecho, no pudo liberarse y poco a poco se fue quedando sin oxígeno hasta morir y ser arrastrado por la corriente hasta llegar a la playa.
Lo que acababa de presenciar es un ejemplo preocupante de los efectos perjudiciales de la contaminación plástica en el medio marino. Por desgracia, la presencia de peces y otros animales marinos atrapados en bolsas de plástico es un fenómeno común y representa un grave riesgo para la vida marina.
El plástico en el mar se fragmenta en pedazos más pequeños debido a la acción del sol, las olas y la erosión, lo que puede hacer que los animales marinos los confundan con alimentos. Muchos animales, como tortugas marinas, aves marinas y peces, pueden ingerir plásticos por error, lo que puede provocarles lesiones, obstrucción digestiva, asfixia e incluso la muerte.
Las bolsas de plástico son especialmente peligrosas porque pueden flotar en el agua y desplazarse fácilmente con las corrientes marinas. Los peces y otros animales pueden quedar atrapados en su interior, lo que les dificulta la natación y la alimentación, y pueden terminar muriendo por asfixia o por no poder escapar, que es lo que exactamente le ocurrió al pez que me encontré
Este tipo de incidentes resaltan la importancia de abordar el problema de la contaminación plástica de manera urgente. Es esencial reducir el uso de plásticos desechables, fomentar el reciclaje adecuado y mejorar la gestión de residuos para evitar que lleguen al océano. Además, es importante educar y concienciar a las personas sobre los efectos dañinos del plástico en el medio ambiente y promover cambios en los hábitos de consumo y disposición de residuos.
El plástico es un material duradero y resistente a la degradación, lo que significa que puede persistir en el medio ambiente durante cientos de años.
Cada año, se estima que entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos. Gran parte de este plástico proviene de fuentes terrestres, como desechos mal gestionados, vertederos cercanos a la costa, ríos y sistemas de alcantarillado que transportan los desechos plásticos desde tierra hasta el mar. También hay una cantidad significativa de plástico que se origina en actividades marítimas, como la pesca y el transporte marítimo.
Los océanos albergan una gran diversidad de vida marina, desde pequeños organismos hasta grandes mamíferos marinos. Los arrecifes de coral, las praderas de algas y los manglares son ecosistemas marinos que brindan importantes servicios ecológicos, como la protección costera, la estabilización del clima y la conservación de la biodiversidad.
Una vez que el plástico llega al océano, se dispersa y se acumula en grandes áreas conocidas como “islas de basura” o “giros oceánicos”. El giro del Pacífico Norte, también conocido como la Gran Mancha de Basura del Pacífico, es el más grande de estos giros y se estima que contiene millones de toneladas de plástico.
¿Qué podemos hacer?
Primero tomar conciencia de que el problema es real y es serio, yo casualmente vi el efecto sobre un pobre pececillo y no es un caso aislado, es un fenómeno mucho más común de lo que creemos, el mar es fuente de alimento, de energía, de recursos, de turismo y no lo estamos cargando con nuestra actitud ante el medio ambiente.
Nos quejamos de las grandes inundaciones que ocurren en nuestras ciudades por simples lluvias, pero la causa es que todos los tragantes están tapados por desechos sólidos que descuidadamente tiramos a la calle sin que nos importe, por más leyes que se impongan, no se solucionará el problema si no somos conscientes de que estamos destruyendo nuestro planeta.
Es fundamental que cada individuo también tome conciencia de su propio consumo de plástico y adopte prácticas más sostenibles, como rechazar productos de un solo uso, reciclar adecuadamente.
También puedes contribuir a la solución participando en limpiezas de playas y costas, evitando el uso de plásticos desechables y optando por alternativas más sostenibles, como bolsas reutilizables.
Y podemos comenzar por lo más simple, separar desechos sólidos, en especial, los plásticos para que se les brinde el tratamiento adecuado, nunca botarlos en la calle o en basureros comunes.
Cada pequeña acción cuenta para proteger nuestros océanos y la vida marina que depende de ellos.
Cuidar el medio ambiente, incluyendo la gestión adecuada de los desechos sólidos, es fundamental por varias razones:
- Conservación de la biodiversidad: El medio ambiente alberga una amplia diversidad de especies y ecosistemas. La gestión adecuada de los desechos sólidos ayuda a prevenir la degradación de los hábitats naturales y minimiza el impacto negativo en las plantas, animales y microorganismos que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir.
- Protección de la salud humana: Los desechos sólidos mal gestionados pueden ser una fuente de contaminación del aire, agua y suelo, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en la salud humana. La acumulación de basura puede generar la proliferación de insectos y roedores portadores de enfermedades, así como la contaminación de fuentes de agua potable.
- Conservación de recursos naturales: Muchos materiales que desechamos, como el papel, el vidrio y el plástico, son productos derivados de recursos naturales. Al reducir, reciclar y reutilizar los desechos sólidos, podemos conservar los recursos naturales y reducir la necesidad de extraer y procesar nuevos materiales.
- Mitigación del cambio climático: La gestión inadecuada de los desechos sólidos contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, como el metano, que se liberan durante la descomposición de los residuos orgánicos. Estos gases contribuyen al calentamiento global y al cambio climático. Mediante la adopción de prácticas de gestión de residuos más sostenibles, podemos reducir estas emisiones y mitigar los efectos del cambio climático.
- Preservación de la calidad del agua y los ecosistemas acuáticos: Los desechos sólidos mal gestionados pueden contaminar los cuerpos de agua, afectando la calidad del agua potable y perjudicando la vida acuática. La gestión adecuada de los desechos sólidos, como el tratamiento de aguas residuales y la eliminación adecuada de productos químicos y sustancias tóxicas, es esencial para proteger los ecosistemas acuáticos y mantener la disponibilidad de agua limpia.
En resumen, cuidar el medio ambiente y gestionar adecuadamente los desechos sólidos es esencial para proteger la salud humana, conservar la biodiversidad, preservar los recursos naturales, mitigar el cambio climático y mantener la calidad del agua y los ecosistemas acuáticos. Todos tenemos un papel importante que desempeñar al tomar decisiones sostenibles en nuestras vidas diarias y abogar por políticas y prácticas que promuevan una gestión responsable de los desechos sólidos.