Cuando leí por primera vez algo que formalmente estaba clasificado como Ciencia Ficción, fue en la secundaria, cuando me tocó leer “Un mundo Feliz” de Aldous Huxley, la novela me impresionó mucho y sin saberlo me había topado con una distopía, término que vine a conocer muchísimos años después, a pesar de que la novela y la afición de mi padre por el género, me hicieron un fan de la vieja SciFi.
Después de mucho leer ciencia ficción, dura, blandita, dura-blandita, camagüe, etc. un buen día me topé con “El hombre en el castillo” de Philip K. Dick, con una premisa más que interesante. El eje Alemania-Italia-Japón, ganan la segunda guerra mundial y el mundo, hasta los EEUU ha sido repartido entre Alemania y Japón.
Por el lado de los cómics, este tema estaba más que trillado, pero yo no he sido mucho de comics, así que, hasta el Hombre del castillo, desconocía que existía el subgénero de la Ucronía.
De estos dos subgéneros vamos a hablar este día.
Si nos remontamos más atrás, sabemos que de la literatura de ficción se desprendió una rama especulativa del desarrollo tecnológico humano, que se convirtió en la “ciencia ficción” y otra, mas cercana a la magia, que se volvió en la “fantasía”, ya vimos un poco sobre estas dos ramas de la ficción en el post que hice al respecto.
Hemos hablado antes en el blog, de las tendencias “dura” y “blanda”, en cuanto al rigor científico o estrictamente mágico con que se abordan las tecnologías, poderes u otras habilidades que se muestran en dichas vertientes literarias.
Sin embargo, hay otra subclasificación que es muy marcada, sobre todo en la Ciencia ficción y es con relación al resultado de contestar estas dos preguntas:
¿Qué va a pasar si el actual estado de cosas se mueve en esta dirección?
¿Qué habría pasado si un hecho x no hubiera sucedido o hubiera sido diferente …?
La primera pregunta es una especulación sobre el futuro de cara a una situación actual que se extrapola en alguna dirección y su resultado es positivo o negativo.
Si la respuesta es que el resultado es positivo, es decir que la situación mejora, nos encontramos con una “Utopía”, en caso contrario, si la situación desmejora, se vuelve sombría, ominosa y peligrosa, nos enfrentamos a una “Distopía“.
En el caso de la segunda pregunta, se trata de especular, sobre cómo sería el presente o el futuro si un hecho histórico clave se hubiese resuelto de una forma diferente a cómo lo registró la historia, a este momento angular se le conoce como Punto de divergencia, en inglés: “Point of Divergence” y en este caso nos encontramos ante una “Ucronía“.
Aunque en esencia una Ucronía puede derivar en una distopía (por ejemplo, si el cambio histórico lleva a una sociedad peor), no todas las ucronías son distópicas, ni todas las distopías son ucrónicas (muchas no cambian el pasado, sino que extrapolan el futuro).
Formalizando estos conceptos podemos establecer las siguientes definiciones.
Ucronía
¿Qué habría pasado si…?
La ucronía parte de una modificación hipotética del pasado. Toma un evento histórico clave —una batalla, una revolución, una invención y plantea: ¿Qué pasaría si hubiese ocurrido de otra manera?
Su dinámica literaria consiste en explorar las consecuencias sociales, políticas, culturales o tecnológicas de esa divergencia. A veces el resultado es positivo, otras veces desastroso, y en muchas ocasiones simplemente diferente y complejo.
El placer de la ucronía está en trazar los hilos invisibles de la causalidad y descubrir cómo un pequeño cambio puede alterar todo el entramado histórico. De aquí parte la teoría de los universos múltiples o multiverso en donde cada desviación genera una línea de tiempo completa con una consecuencia histórica divergente a la de cualquier otra.
Distopía
¿Qué pasaría si todo se fuera al carajo?
La distopía imagina un futuro o presente alternativo donde las tendencias actuales (políticas, sociales, tecnológicas) degeneran hasta formar una sociedad opresiva, decadente o inhumana.
Su dinámica literaria se centra en la advertencia y la crítica social: exagerar los defectos del presente para mostrar un futuro temible si no corregimos el rumbo.
A diferencia de la ucronía, que juega con la especulación histórica, la distopía opera como un espejo deformante del ahora, y su función suele ser provocar la reflexión o el miedo.
Utopía
Un atisbo al hermano mayor de la distopía
Pero debemos hacer mención de que, antes de existir las distopías, ya caminaba por el mundo, su hermano mayor: la utopía.
En el Renacimiento, con obras como la que precísamente dio nombre al género, es decir la famosa “Utopía” de Tomás Moro (1516), los autores creaban modelos idealizados de sociedades perfectas, donde reinaban la justicia, la equidad y la razón.

Sin embargo, con el tiempo, la visión optimista de la utopía se resquebrajó: el perfeccionismo social podía convertirse en tiranía, el ideal colectivo en opresión individual.
De esa grieta nació la distopía: un reverso oscuro de la utopía, donde los intentos de construir sociedades perfectas conducen a mundos invivibles.
Para resumir los términos anteriores y poder entenderlos en pocas palabras, podemos decir.
La utopía sueña, muestra lo que podría ser perfecto.
La distopía advierte, muestra lo que podría salir mal.
La ucronía pregunta, muestra lo que pudo haber sido diferente.
Veamos a continuación un pequeño cuadro comparativo.
Aspecto | Utopía | Distopía | Ucronía |
---|---|---|---|
Definición | Imaginación de una sociedad ideal y perfecta. | Imaginación de una sociedad futura opresiva o deshumanizada. | Imaginación de un mundo alternativo basado en un cambio en el pasado. |
Enfoque temporal | Futuro idealizado o espacio ficticio | Futuro (cercano o lejano) degradado o extrapolado del presente | Pasado alterado y sus consecuencias hasta el presente o futuro |
Función literaria | Inspirar, moralizar, proponer modelos. | Criticar, advertir, provocar reflexión. | Especular, analizar la fragilidad del destino histórico. |
Tono habitual | Optimista | Pesimista | Variable: optimista, pesimista o neutro |
Relación con la realidad | Propuesta de superación o escape. | Crítica amplificada de problemas actuales. | Reescritura hipotética de eventos históricos. |
Ejemplos | Utopía (Tomás Moro) | 1984 (George Orwell), Un mundo feliz (Aldous Huxley) | El hombre en el castillo (Philip K. Dick), Danza de tinieblas (Eduardo Vaquerizo) |
Sensación para el lector | Curiosidad, esperanza, idealización social | Angustia, advertencia, reflexión crítica sobre el presente. | Curiosidad, especulación, fascinación por el “qué hubiera sido”. |
En la actualidad las Utopía literarias casi son inexistentes, quedando únicamente las distopías y las ucronías
En el siglo XX debemos destacar quizá a la obra “El Sueño de la Sultana”, historia utópica feminista de escrita de Rokeya Sakhawat Hossain, una feminista musulmana, escritora y activista política de Bengala., publicada en 1905 y casi paramos de contar.
El punto de inflexión
¿Cuando o cómo se fue todo al carajo?
En la Ucronía, al ser una historia alternativa a la que conocemos como real, tuvo que darse un evento que torció el rumbo de la historia, a este momento se le llama Punto de divergencia (en inglés: “Point of Divergence”).
Es el momento exacto en que un acontecimiento histórico sucede de manera diferente a como ocurrió en la realidad, generando una línea temporal alternativa.
Desde ese instante, toda la historia posterior cambia, dando lugar al desarrollo del mundo ucrónico.
Características del punto de divergencia:
Debe ser un cambio claro en un hecho concreto (una batalla, una decisión política, un descubrimiento, un asesinato fallido, etc.).
Tiene gran efecto dominó: pequeños cambios pueden alterar completamente las culturas, economías o civilizaciones.
Es elegido conscientemente por el autor para construir su universo alternativo.
Define la lógica interna de la historia ucrónica: todo lo que sigue debe ser consecuencia creíble de ese cambio.

Ejemplos de puntos de divergencia famosos:

Obra ucrónica | Punto de divergencia |
---|---|
El hombre en el castillo (Philip K. Dick) | Los Aliados pierden la Segunda Guerra Mundial. |
Fatherland (Robert Harris) | Alemania gana la guerra y conquista Europa. |
Bring the Jubilee (Ward Moore) | El Sur gana la Guerra Civil Americana. |
Danza de tinieblas (Eduardo Vaquerizo) | El Imperio Español nunca decae ni pierde su hegemonía global. |
Synco (Jorge Baradit) | El proyecto cibernético socialista de Salvador Allende triunfa y Chile crea una ciberutopía socialista. |
Las ucronías, aunque son una forma de ficción literaria, encajan sorprendentemente bien como modelo narrativo para ilustrar una de las interpretaciones más populares de la física moderna: la teoría de los multiversos —específicamente, la versión de los “universos paralelos”.
En este orden de ideas vemos que en la novela de Philip K. Dick en su novela El hombre en el castillo, uno de los personajes empieza a percibir otra línea temporal (la “real”), también en la novela de Sephen King, “22/11/63”, el protagonista cambia el pasado, y el nuevo futuro es una rama distorsionada del tiempo, teniendo que regresar una y otra vez, tratando de corregirlo.
Orígenes históricos de la Distopía
No es tan nueva que digamos
Antes de ser llamada “distopía”:
Antigüedad clásica:
Platón, en La República, describe un estado ideal, pero cuando ese control extremo se interpreta negativamente, puede verse como germen de lo distópico.
Edad Moderna (siglo XVI–XVII):
Tomás Moro publica Utopía (1516).
Aunque es un modelo “ideal”, si uno lee críticamente, puede parecer una sociedad opresiva donde el individuo no tiene libertad (proto-distopía involuntaria).
Siglo XVIII:
Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver (1726) crea sátiras que muestran sociedades absurdas y crueles, muy cercanas a lo que hoy sería una distopía irónica.
Siglo XIX:
El término distopía surge en 1868:
Utilizado por el filósofo John Stuart Mill en un discurso en el Parlamento británico para describir un “gobierno peor que la utopía” (dys-topos = “mal lugar”).
Consolidación literaria:
Finales del siglo XIX y principios del XX:
Obras como The Time Machine (1895) de H. G. Wells empiezan a representar futuros terribles (la división Eloi/Morlocks es distópica).
En el siglo XX llegan las grandes obras que consolidan la distopía como subgénero propio: 1984, Un mundo feliz, Fahrenheit 451, etc.
Siglo XXI
Surge un boom en las distopías con novelas como Battle Royale de Koushun Takami, que aunque se publicó en 1999 forma parte más del siglo XXI, y de ahí se derivan muchas distopías como
La saga de los Juegos del Hambre (2008) de Suzanne Collins en la que se vive un futuro totalitario, niños deben luchar a muerte como castigo y espectáculo. Crítica al poder, la desigualdad y los medios.
Otra es la saga Divergent (Divergente) de Veronica Roth (2001) en la cual, una sociedad dividida en facciones según virtudes humanas. La disidencia amenaza el orden establecido.
Orígenes históricos de la Ucronía
Tampoco es tan reciénte que digamos
Antes de ser llamada “ucronía”:
Antigüedad clásica:
Ya en textos como los de Tito Livio (Ab Urbe Condita) hay pasajes donde se especula: “¿Qué habría pasado si Alejandro Magno hubiese atacado Roma?” — un claro pensamiento ucrónico, aunque sin desarrollarlo como un género literario autónomo.
Edad Media:
Algunas crónicas medievales fantasean con cambios hipotéticos en batallas decisivas, pero en general se consideraban “divagaciones” y no literatura formal.
Renacimiento:
Guillermo de Orange y otros historiadores renacentistas ocasionalmente plantean escenarios alternativos como ejercicios de erudición o advertencia moral.
Definición formal de “ucronía”:
El término ucronía se acuña en 1857 con el libro “Uchronie (L’Utopie dans l’Histoire)” de Charles Renouvier.
Él define la ucronía como una “utopía en el tiempo” en vez de en el espacio.
Renouvier imagina qué habría pasado si los romanos hubieran tenido una forma temprana de democracia duradera.
Dato curioso:
Etimológicamente “ucronía” = u (no) + chronos (tiempo) → “no tiempo”, igual que “utopía” = “no lugar”.
Al final vemos que la ucronía es ese juego de “¿y si…?” que usamos para reescribir la historia como más nos hubiera gustado, en cambio, la distopía es la carta de advertencia que la literatura nos deja sobre el futuro… que básicamente ya empezó ayer.
La primera sueña con pasados alternativos donde todo salió distinto (y a veces peor).
La otra te muestra un futuro en el que seguimos haciendo lo mismo de siempre… y claro, todo se va al carajo.
Ucronía: “¿Y si Hitler no hubiera existido?”
Distopía: “¿Y si las redes sociales nos gobiernan? (Ah, espera…¿No está pasando ya?)”
La utopía, esa hermana idealista que ya no se deja ver, se metió a monja. Se cansó de que nadie la tomara en serio.
La ucronía especula, la distopía advierte… y nosotros seguimos sin aprender nada, pero al menos lo leemos con estilo.