El olvidado Diomedes, fue más grande que Aquiles

En la Ilíada se ha presentado al “divino” Aquiles como “Pélida” (hijo de Peleo), “implacable”, “de pies ligeros”, “mejor de los aqueos”, “destructor de hombres” y otros epítetos que ensalzan su gloria y poder, como el más grande héroe griego.

Su imagen, en el imaginario popular, siempre ha sido la de ser el máximo héroe de la Ilíada de parte de los griegos, solo ensombrecido levemente por Héctor, de parte de los troyanos.

Sin embargo cuando se lee más a fondo, la épica obra de Homero, nos encontramos a un curioso y casi olvidado guerrero que es llamado “el Tidita (hijo de Tideo)”, “Corazón fuerte”, “Belicoso hijo de Tideo”, “Hijo del aguerrido Tideo”, “Valiente en el combate”, en los que vemos que algunos epítetos aluden a su padre, más que a su persona, pero al que Homero añade dos en particular, “semejante a un dios” y “Quien sería capaz de pelear con el padre Zeus”.

Veamos con un poco más en detalle quiénes eran estos dos personajes, Aquiles y Diomedes.

Aquiles

El Pelida

Aquiles fue un héroe griego que luchó en la Guerra de Troya. Era hijo del mortal Peleo, rey de Ftia (Tesalia) y de la ninfa marina, Tetis.

Se decía que era el mejor guerrero de su generación y era conocido por su fuerza, velocidad y ferocidad. Aquiles era un semidiós, lo que le dio algunas ventajas sobre sus oponentes humanos.

Cuando Aquiles era un niño, su madre, Tetis, trató de hacerlo inmortal. Ella lo sumergió en el río Styx o laguna Estigia, un río en el inframundo, que según se decía, confería el poder de dotar de invulnerabilidad a quien se sumergía en sus aguas.

Sin embargo, Tetis sujetó a Aquiles por el talón, cuando lo sumergió en las mágicas aguas, por lo que su talón fue la única parte de su cuerpo que no quedó protegida de todo daño.

Aquiles creció y se convirtió en un grande y casi invencible guerrero a merced de ser un semidios y de estar protegido por las aguas de la Estigia. Luchó en la guerra de Troya y fue uno de los líderes griegos más importantes. Jugó un papel decisivo en la expulsión de los troyanos de los barcos griegos, e incluso mató a Héctor, el guerrero más grande del lado troyano.

Aquiles era un personaje complejo y fascinante. Era un guerrero habilidoso, un líder poderoso y un rey sabio. Pero también era un personaje defectuoso, con tendencia a la violencia e ira descontrolada.

En la Ilíada, su aparición inicial es la de un niño caprichoso que está indignado porque el rey griego Agamenón le ha quitado a Briseida, joven sacerdotisa y botín de guerra que había obtenido en batallas previas.

Encolerizado, decide dejar de pelear por los griegos y es cuando Troya comienza a tomar tal ventaja, que si no hubiese tomado las riendas Diomedes, hubieran perdido la guerra, sin conquistar la ciudad.

Posteriormente, Aquiles murió en la Guerra de Troya. Paris, el hijo del rey troyano Príamo, le disparó en el talón con una flecha. La muerte de Aquiles fue una gran pérdida para los griegos, y se dice que fue el principio del fin de la guerra.

La historia de Aquiles es una de las más famosas de la mitología griega. Es una figura compleja y trágica, y su historia se ha contado una y otra vez durante siglos. Aquiles es un recordatorio de que incluso los héroes más grandes no son inmunes a la muerte.

Diomedes

El Tidita

Por su lado, Diomedes, el Tidita, fue un héroe griego que luchó en la Guerra de Troya. Era hijo del rey Tideo de Argos y la reina Deidamia. Diomedes era un guerrero habilidoso y un líder poderoso. Aunque también fue favorecido en ciertos momentos por la diosa Atenea, quien le dio fuerza, coraje y sabiduría, no le otorgó más poderes que los que ya tenía.

En la Ilíada, Diomedes fue uno de los líderes griegos más importantes. Luchó con valentía y logró muchas grandes cosas. Jugó un papel decisivo en detener el avance de los troyanos cuando Aquiles, por puro capricho, dejó de pelear y se Diomedes tuvo que echarse sobre sus hombros la responsabilidad de la guerra que el semidios había abandonado.

En un pasaje (Canto V 336), Diomedes se encuentra con Pandaro y Eneas, el primero lo hiere levemente con una flecha, pero Diomedes reacciona y termina matando a Pandaro con su lanza y además golpea gravemente a Eneas con una certera pedrada cuando éste quiere recuperar el cuerpo de su amigo, a punto de ser muerto por Diomedes interviene Afrodita a rescatar a su hijo y es herida en la mano por un feroz Diomedes que no se contiene ante nada ni ante nadie.

De este hecho en particular, incluso se han levantado debates filosóficos en torno a cuál mano de la diosa fue herida, si la izquierda o la derecha, como Plutarco, en sus “Charlas de sobremesa”, según lo plantea Domingo Plácido, docente e investigador de historia antigua de la Universidad complutense de Madrid en su trabajo, “Diomedes y Afrodita”.

Afrodita entonces pide ayuda a Apolo para salvar a su hijo y luego a Ares de quien espera que castigue al insolente mortal al que califica como “quien sería capaz de pelear con el padre Zeus”, y Diomedes instigado y ayudado clandestinamente por Atenea, se enfrenta a la divinidad en combate franco, hiriendo gravemente al mismísimo dios de la guerra, Ares, quien asombrado y dolorido, huye rabioso y casi llorando a quejarse con su padre.


“¡Padre Zeus! ¿No te indignas al presenciar tan atroces hechos?
Siempre los dioses hemos padecido males horribles que recíprocamente nos causamos para complacer a los hombres; pero todos estamos airados contigo, porque engendraste una hija loca, funesta, que solo se ocupa de acciones inicuas.
Cuantos dioses hay en el Olimpo te obedecen y te acatan; pero a ella no la sujetas con palabras ni con obras, sino que la instigas, por ser tu el padre de esa hija perniciosa que ha movido al insolente Diomedes, hijo de Tideo, a combatir, en su furia contra los inmortales dioses.
Primero hirió a Afrodita en el puño, y después cual si fuese un dios, arremetió contra mi.
Si no llegan a salvarme mis ligeros pies, hubiera tenido que sufrir horrores entre espantosos montones de cadáveres, o quedar inválido, aunque vivo (los dioses nunca mueren), a causa de las heridas que me hiciera el bronce.”
Ares a Zeus, despues de ser herido por Diomedes, Ilíada, Canto V
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Diomedes, junto a Odiseo, lleva a cabo importantes misiones de infiltración y espionaje, culminando su periplo dentro del caballo de Troya, donde fue fundamental en el triunfo griego, causando gran destrozo en las filas troyanas.

Después de la guerra, Diomedes regresó a Argos y se convirtió en rey. Gobernó sabia y justamente durante muchos años. Fue un gran héroe y un líder querido, pero sus hazañas han pasado a un segundo plano con el correr de los siglos.

En la Eneida virgilio lo menciona viviendo tranquilamente y buscado por el Rey Latino como uno de los aliados en su obligada guerra contra Eneas y sus troyanos supervivientes. La respuesta que Diomedes le da al rey, es que ya no peleará más contra los troyanos y les recomienda que mejor busquen alianza con Eneas, mas que confrontarlo (Eneida, XI).

¿Quien fue más grande?

¿Diomedes o Aquiles?

Aunque Aquiles es siempre presentado como el mejor y más grande guerrero en la épica de Troya, yo pondría en duda esa grandeza ante Diomedes.

Como se puede ver, Aquiles tenía todas las de ganar desde su nacimiento, era un semidios, había sido dotado de invulnerabilidad divina al ser surmegido en la laguna de estigia, su armadura había sido forjada por Vulcano, fue instrído por el centauro Quirón, maestro de grandes héroes, como se puede apreciar, era protegido y mimado por los dioses.

En cambio Diomedes era tan mortal como el más simple de los seres humanos, su fuerza y habilidad las había adquirido en base a entrenamiento y a su participación en diferentes gestas, era un líder nato pero que fue desarrollando su voz de mando con la experiencia, no rechazaba sus responsabilidades y aunque fue ayudado por Atenea en su enfrentamiento contra Ares, no se arredraba ni delante de los dioses, que terminaron temiéndole, además salió vivo de la guerra, mientras que Aquiles encontró su fin en esas costas.

Por estas razones y muchas más, creo que Diomedes fue en realidad más grande que Aquiles y que ha sido injustamente relegado de la memoria colectiva.

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