Me llegó al correo un listado de convocatorias a concursos literarios al que me suscribí el año pasado, pensando participar en algún concurso, cosa que no he hecho, más que con un par de malos cuentos en convocatorias menores.
Como escritor eminentemente aficionado, autoeditado y autopublicado, es decir, todo el proceso creativo lo hago yo, desde escribir la novela hasta editarla, maquetarla y subirla en la plataforma correspondiente, siendo también el creador de la portada, (salvo en mi librito sobre Gilgamesh, cuya portada la realizó mi hija, que no es diseñadora gráfica, pero tiene sus habilidades), ¿en qué iba?…
¡Ah!, decía que, como escritor autopublicado, estoy consciente de los problemas que los escritores autopublicados tenemos para dar a conocer nuestras obras, del prejuicio de los lectores por “la mala calidad de dichas obras”, frase cuestionable desde su simple construcción.
Pero dejando de lado estos problemas que hemos sufrido nosotros los #autopublicados, no pensaba que hubiese una real discriminación hacia este humilde gremio, hasta que me encontré con las bases del:
46º PREMIO “TIGRE JUAN” 2024 de la Asociación Cultural “Tribuna Ciudadana” (España)
Que está abierto, sin restricciones de nacionalidad o edad a las obras de narrativa ya publicadas, es decir que no es un concurso para que el ganador reciba un premio y/o la publicación de su obra, sino que es un premio a las obras que se han publicado en un período determinado de tiempo.
— ¡Qué interesante! — Pensé
Y me puse a leer las bases.
Todo iba bien hasta que me encontré con esto:
3.5. No se admitirán para la concurrencia al Premio “Tigre Juan” obras que no se ajusten a las presentes bases, y, en particular, sin limitarse a ello:
46º PREMIO “TIGRE JUAN” 2024
(i) Libros carentes de ISBN (International Standard Book Number).
(ii) Obras de autores ganadores del Premio “Tigre Juan” en anteriores ediciones.
(iii) Obras premiadas como ganadoras en otros certámenes literarios al momento de la deliberación final y fallo del jurado.
(iv) Libros publicados en cualquier modalidad de autoedición o autopublicación.
Y en el siguiente párrafo agregan:
3.6. En todo caso, los autores o editoriales (no entidades de autoedición/autopublicación) que deseen que sus obras editadas…etc
El mismo concurso
— ¿Qué demonios? — Pensé mientras el pecho me hervía de indignación.
Caí en la cuenta de que soy parte de una minoría, que en realidad es mayoría, pues, a estas alturas los #autopublicados, seguramente superamos a los publicados por editoriales. Y que como tal, al ser parte de esa “minoría”, era automáticamente discriminado por prejuicios y otras valoraciones subjetivas.
El sitio de la “Tribuna ciudadana” es este:
http://www.tribunaciudadana.org/es/
Por cierto, el navegador lo declara como no seguro, pues no utiliza el protocolo https, pero qué sabrán ellos de protocolos.
Lo gracioso e irónico es que entre su declaración de valores dicen:
Bla, bla,bla.
Lo que pude sacar en claro es que dicha Tribuna ciudadana, no es más que un grupo de cultura elitista alineado con los intereses de las grandes editoriales.
La auto publicación ha permitido que muchos escritores vieran cumplido su sueño de escribir y poner su libro a la disposición del público, es decir, democratizar la literatura, el modelo que Amazon impulsó ha puesto en peligro a la edición tradicional.
De estos nuevos riesgos se pueden destacar, una mayor competencia pues hay más libros publicados, presión comercial ya que libera al autor de las ataduras comerciales de las editoriales y bajar los precios de los libros, saturación del mercado, pues hay una enorme oferta literaria que no está controlada.
Por otro lado, es cierto que con la auto publicación se difumina la calidad literaria, pues hay muchas obras que no pasan por el riguroso proceso de edición, revisión y corrección orto gramatical, de estilo, etc. Resultando una buena cantidad de obras mediocres.
Pero igualmente existen muchas obras mediocres que gozan del respaldo editorial, incluso de autores consagrados, ser editado y publicado en una editorial tradicional y grande no es garantía de calidad literaria.
Por eso me molestaron los apartados del concurso 46º PREMIO “TIGRE JUAN” 2024, referentes a las obras autopublicadas, pues discriminan y encasillan de entrada a un sector muy variado, que también puede ofrecer excelente calidad literaria.
Al hacerlo, desdicen su filosofía y la convierte únicamente en una declaración de intenciones, no de principios.
Por lo menos hubieran puesto en el título PREMIO “TIGRE JUAN” A LAS PUBLICACIONES DE EDITORIALES TRADICIONALES 2024, para saber a qué atenerse y quitar eso de “no hay puertas que cerrar” o “mantener el equilibrio en la participación de las diversas tendencias.”, puesto que no hacen honor a esa declaración.
Yo escribo por placer, no vivo, ni viviré de las letras, pero muchos escritores autopublicados si lo hacen de forma “profesional”, estudiaron, se prepararon y están publicando en esta modalidad porque no han tenido la oportunidad de darse a conocer por los medios tradicionales, algunos están trabajando en otras cosas diferentes para poder sobrevivir, otros están saliendo al paso con sus necesidades a duras penas.
Al introducirme a este mundo de la auto publicación, me he encontrado con muchos buenos autores, que no se merecen este trato discriminatorio, por eso hice el subsitio de Nuestra Biblioteca, dedicado a los escritores autopublicados, para de alguna manera dar un poco de visibilidad al gremio al que orgullosamente pertenezco.
Llegará el momento en el que la auto publicación dará obras de gran calidad y aceptación popular y los autores irán abandonando a las grandes editoriales por un modelo que les permite más ganancias y control sobre su obra.
