Las elegías de Quilón de Esparta

Quilon de esparta

El siguiente sabio griego que les vamos a presentar es Quilón o Chilon de Esparta, también llamado Lacedemonio por ser natural de Esparta, Lacedemonia, hoy Laconia, situada en el sureste de la península del Peloponeso, en la antigua Grecia.

No se tienen registros históricos fiables de su juventud, ni de su adultez, se supone que nació en los años 600 a. C. y pasó su vida pública en Esparta, los registros sobre su persona se deben a los historiadores griegos, Heródoto, Plutarco, Diógenes Laercio, entre otros.

Diógenes Laercio es uno de los que más referencias ofrecen sobre este sabio y en su libro “Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres“, nos dice que fue hijo de Damageto, filósofo, político y escritor de elegías famosas que han sido recogidas por varios historiadores clásicos y que resultan todavía conocidas y vigentes.

Algunos de estos dichos son los siguientes:

No hables mal de los muertos”.

“Honrar la vejez”.

“Preferid el castigo a la ganancia vergonzosa; porque lo uno es doloroso una sola vez, pero lo otro para toda la vida”.

“No te rías de una persona en desgracia.”

“Si uno es fuerte, sea también misericordioso, para que sus vecinos le respeten en lugar de temerle”.

“Aprende a regular bien la propia casa.”

“No dejes que la lengua supere tu mente.”

“Refrena la ira”.

“No te disguste la adivinación”.

“No desees lo imposible.”

“No te apresures demasiado en el camino”.

“Obedece las leyes.”

Fue un político destacado, nombrado éforo de Esparta allá por el año 556 a.C. Los éforos eran una junta de cinco magistrados en la antigua Esparta. Tenían una amplia gama de poderes judiciales, religiosos, legislativos y militares, y podían dar forma a los asuntos interiores y exteriores de Esparta.

Según Diógenes Laercio, Quilón convirtió al eforado en la magistratura suprema de Esparta, estableciendo que los éforos estuviesen unidos al rey como consejeros, sin embargo, esto también es atribuido a Licurgo.

Nos cuenta el historiador griego, Heródoto que Quilón fue contemporáneo de Hipócrates, y narra lo siguiente en un supuesto encuentro con el padre de la medicina:

A Hipócrates, por cierto, que era un simple particular, le había sucedido un notable prodigio cuando asistía a los juegos olímpicos, en efecto, cuando él, personalmente había ya inmolado las víctimas, los calderos, que estaban ya apunto y que se hallaban repletos de carne y agua, rompieron a hervir sin fuego hasta desbordarse. Entonces l lacedemonio Quilón, que acertó a pasar por allí y vio el prodigio, aconsejó a Hipócrates que, ante todo, no contrajera matrimonio con una mujer prolífica y como segunda opción, que, si ya la tenía, la repudiara, y si por casualidad tenía algún hijo, que renunciara a él. Pese a ello, Hipócrates no quiso seguir esos consejos de Quilón y con el tiempo tuvo al mencionado Pisístrato.

Pisístrato fue luego fue un conocido y notable tirano griego del siglo vi a. C. que gobernó Atenas en 561, 559-556 y del 546 a 527 a. C.

Existe mucha controversia sobre este encuentro entre Quilón e Hipócrates, algunos historiadores modernos opinan que en realidad Quilón es un personaje pseudohistórico, incluso Plutarco dice que “nada absolutamente que no esté sujeto a dudas puede decirse”. Siendo Diógenes Laercio la fuente con más referencias sobre Quilón, pero hay corrientes que opinan que el Quilón-eforo, no es más que una invención fruto de una tradición literaria posterior, tratando de equipararlo a la figura de Solón, sobre todo en lo que al caso de Pisístrato se refiere.

Laercio por otro lado nos narra acerca de Quilón, algunas de sus puntadas de sabiduría:

” Se dice que cuando le preguntó Esopo
qué era lo que hacía Júpiter, respondió:
Humilla a los excelsos, y eleva a los humildes.
Al preguntarle  en qué se diferencia el sabio del ignorante,
contestó:
En las buenas esperanzas. Y al cuestionarle qué cosa era difícil, respondió:
 Guardar el secreto, emplear bien el ocio y sufrir injurias.” 

Se dice que era muy breve y parco de palabras, a tal punto que Aristágoras MIlesio llamó “Quilonio” a ese estilo de discurso.

También se afirmaba que Quilón ayudó a derrocar la tiranía en Sición y por su mediación la ciudad se convirtió en aliada de Esparta. Se le atribuye además, el cambio en la política espartana que condujo al desarrollo de la Liga del Peloponeso en el siglo VI a.C.

Diógenes Laercio pone en boca de Hermipo de Esmirna que, en la Olimpiada LII, el hijo de Quilón logró salir vencedor de los juegos olímpicos en la competencia de boxeo y embargado de alegría, al abrazarlo para felicitarlo, murió en sus brazos.

“Murió de tanto placer, y
debilidad de la vejez.
Todos los de la competencia
lo honraron en la muerte.
Mi epigrama a
Quilón es el siguiente:
A ti mil gracias, Pólux rutilante, con cuyo
auxilio de Quilón el hijo consiguió el acebuche
siempre verde, en lucha de puñetazos. Si su
padre, al contemplar al hijo coronado, murió de
gozo, nadie le condene: ¡Dichoso yo, si tal mi
muerte fuera! 

A su imagen se puso esta inscripción:

La fuerte en lanza y valiente Esparta sembró a Quilón, primero de los siete.

Sus hazañas intelectuales trascendieron su tiempo, incluso fue reconocido por los romanos, pero también fue objeto de chanzas por estos mismos irreverentes latinos, como la que es narrada, en el libro “The Archaeology of Sanitation in Roman Italy: Toilets, Sewers, and Water Systems” de Ann Olga Koloski-Ostrow, quien es una arqueóloga estadounidense conocida por sus estudios de ingeniería hidráulica en el mundo antiguo.

Olga escribe en el libro, ya mencionado, (pag.115), que en el “Baño de los Siete Sabios” en Ostia Antica, en Roma lo siguiente.

Sobre la cabeza de Quilón de Esparta en la pared contigua están las palabras, “Vissire tacite Chilon docuit subdolus”, “El astuto (¿astuto?) Quilón enseñó [cómo] tirarse un pedo en silencio”.
“Baño de los Siete Sabios” en Ostia Antica, en Roma

Una de sus descendientes se casó con el rey Anaxándridas II de Esparta y tuvo con él un hijo, el rey Cleómenes I.

Quilón fue una figura notable en la antigua grecia y ya sean ciertas o no sus historias, ha pasado a formar parte de ese selecto grupo de personas denominadas como “Los siete sabios de grecia”.

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