Hace muchas lunas, en nuestras las entrañables aulas de nuestra infancia añorada, se nos enseñó con tajante certeza, que Cristóbal Colón Financió su viaje a América gracias a la Reina de Castilla: Isabel, que estaba casada con el Rey Fernando de Aragón, llamados los Reyes católicos de España.
La reina, según esa historia, empeño o vendió las joyas de la corona para darle el dinero con el cual, el navegante genovés, pudo comprar aquellas famosas carabelas, La Pinta, La Niña y la Santa María para realizar el famoso viaje que lo llevaría a descubrir nuestro continente americano.
Hasta ahí todo es felicidad y estamos en paz con la historia, pero…
Hoy me topo con el maldito descubrimiento de que en realidad el financiamiento de la aventura de don Cristóbal Colón, no fue como me lo enseñaron y que corrió a cargo de un Judío Converso llamado Luis de Santángel y Mallorca, quien era recaudador de impuestos de la corona y comerciante, lo que le confería además de mucha influencia, capacidad y soltura económica……
La historia comienza así:
Es de todos conocido, que la boda entre los reyes Fernando e Isabel, llamados los “católicos”, obedeció a motivos políticos para reconciliar los reinos principales de la Hispania, que estaba terminando de sacar a los Moros de España y, por lo tanto, no eran buenos tiempos para los judíos.
Algunas familias judías, sobre todo las que contaban con recursos económicos optaron por convertirse al cristianismo para poder integrarse sin problemas en la sociedad española.
Una de esas familias era la familia Santángel, que vivían bajo la corona de Aragón en el siglo XV, y uno de sus descendientes, Don Luis de Santángel, escribano y prestamista, tenía una excelente relación con el Rey Fernando.
Prueba de ello es que, a los pocos meses de iniciar su reinado, el 12 de mayo del mismo año 1479, el rey, “en vista de la probada industria, fidelidad y moderación de Luis de Santángel“, le concede el nombramiento de una de las alcaldías de la Ceca de la Moneda de Valencia, cargo que desempeñará a beneplácito de Su Majestad.
Luis de Santángel fue nombrado escribano de ración el 13 de septiembre de 1481, sustituyendo a Gaspar Maymó, quien había dimitido por problemas de salud.
Su función principal en la Corte del Rey Fernando era la financiera; prestar dinero al Monarca, que le era devuelto con cargo de los respectivos intereses, lo cual obviamente resultaba muy conveniente para ambas partes.
Sin embargo, debido a la posición que había adquirido en la corte y por el hecho de ser judío, fue blanco de muchos intentos para deshacerse de él, de parte de los envidiosos cortesanos que pululaban en torno al rey.
Particularmente fue denunciado ante el tribunal de la Inquisición repetidas veces por quienes codiciaban su preeminencia, pero el Rey le consideraba imprescindible y siempre intervino para salvaguardarlo.
El 30 de mayo de 1497 obtuvo de Isabel y Fernando, un privilegio excepcional: el “Estatuto de limpieza de sangre”.
Así, pese a sus orígenes, ni él ni sus descendientes podrían ser llevados en adelante a los tribunales del Santo Oficio.
Regresemos ahora al tiempo en el que Cristóbal Colón buscaba afanosamente financiamiento para su proyectado viaje a las indias y en sus primeros contactos con los reyes católicos no fueron favorables y estos no se animaron a darle ningún tipo de apoyo.
Esto desanimó a Colón y estaba por marcharse a Francia a probar suerte con el rey de la nación gala, pero en 1486, el navegante genovés, conoció a Don Luis de Santángel y este se entusiasmó del proyecto y lo convenció de intentarlo de nuevo, convenciendo a los reyes de que lo volvieran a escuchar.
Esta vez el proyecto se presenta con el apoyo del escribano, cuando lo expone ante la corte y además se ofrece a financiarlo, convenciendo a los reyes de aceptar las condiciones que ponía el navegante.
De su fortuna personal, y sin intereses, anticipó 1,140,000.00 maravedís, de la cantidad que los Reyes tenían que aportar a la empresa para armar la flota expedicionaria.
En el Archivo de Simancas se conservan los originales de sus libros de cuentas, donde consta que el préstamo no se canceló sino al cabo de mucho tiempo con rentas castellanas, forma de reintegro que se adoptó siguiendo la línea marcada por los Monarcas de excluir a la Corona aragonesa de toda participación en los asuntos relativos al Nuevo Mundo.
Francisco Martinez Martínez, en su obra “El descubrimiento de América” dice “… la excelente reina castellana no pudo empeñar, ni mucho menos vender, sus joyas, dado que no podía disponer de ellas, al estar depositadas en Valencia“
Es el secretario del rey, Luís de Santángel, quien firma las Capitulaciones, y están guardadas en el Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona
Los motivos que tuvo este judío para brindar dicha ayuda son objeto de especulaciones:
Por un lado, se especula que Colón no era Genovés sino natural de alguna de las islas de las Baleares, próximas a Mallorca y nació en el seno de una familia de origen judío.
El proyecto del aventurero navengante interesó a Santángel, porque vio la posibilidad de una salida para sus compatriotas judíos hacia una tierra a la que podían acceder y liberarse de la inquisición.
Por otro lado, apuntan: ” La razón por la cual Luis de Santángel fue partidario de los proyectos de Colón como por las facilidades económicas que brindó para costear los mismos hay que buscarla en que sabía que el futuro Descubridor, ‘hombre de buen juicio y de saber’, no era genovés, sino hijo de Don Carlos, Príncipe de Viana y de la mallorquina Margarita Colom.”
Y un “historiador” italiano va más allá, Ruggero Marino afirma que en el archivo secreto Vaticano existen documentos que prueban el financiamiento de parte de la Iglesia, y en concreto del Papa Inocencio VIII, del primer viaje de Colón.
Un periodista e investigador, Memmo Caporilli, asegura haber visto documentos en ese sentido hace 30 años, cuando trabajó en el archivo con motivo de la redacción de un libro sobre la historia de los Papas. Según parece, el historiador Taviani, el mayor experto italiano sobre Colón ha cursado ya una solicitud para poder examinar esta documentación.
Y yo que daba por cerrado ese capítulo con las joyas de la Reina Isabel empeñadas en la Cornucopia española…