Hace años, muchos años yo escuché por primera vez una bella canción que en mi juvenil ignorancia se la atribuía (la autoría) a Silvio Rodriguez, sobre todo porque en ese momento era muy poco lo que conocía o había escuchado del cantautor cubano.
La canción hablaba de un gigante de ojos azules que amaba a una mujer pequeña que soñaba con una casa que en el frente tuviera un jardín, un jardin de madreselvas.
Quienes conocen a la «Hermana de la coneja» sabrán de que canción hablo, con mas facilidad que otros amigos.
Años despues supe que la canción no la cantaba Silvio, sinó el cantautor argentino Juan Carlos Baglietto y que la canción en realidad era la musicalización de un poema escrito por un poeta Turco, llamado Nazim Hikmet.
Nazim Hikmet, nacido en Salónica, Imperio Otomano, (actual Turquía), un quince de enero de 1902 y murió en Moscú el 3 de junio de 1963, fue un poeta y dramaturgo turco, ha sido considerado en Occidente el poeta más importante en lengua turca del siglo XX. Exiliado de su país por su militancia comunista, murió como ciudadano polaco.
En el año 1957 llegó un grupo de salvadoreños a Moscú a participar en el VI Festival de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad, que reunió a cerca de 34.000 jóvenes de 131 países bajo el lema “¡Por la paz y la amistad!”.
Dentro del grupo de salvadoreños, se encontraba un joven poeta de 22 años, estudiante de derecho llamado Roque Dalton, quien, en dicho encuentro «casualmente» conocería y entablaría buena amistad con muchos jóvenes y personajes, entre los cuales se encontraban, Carlos Fonseca (fundador del FSLN), Juan Gelman (Poeta Argentino) y el poeta Turco, Nazim Hikmet.
Este último, dejó impresionado a Roque con su vida, su poesía y su convicción.
En su momento Roque dedicaría un poema a Nazim.
Nazim Hikmet CARTA (a Nazim Hikmet, poeta turco) Camarada Nazim: le escribo desde la vecindad del sobresalto desde la Penitenciaría Central de El Salvador. No había podido hacerlo antes porque estaba libre y con la juguetona y burbujeante libertad uno no puede elevar las palabras a lo alto de los presos de los antiguos presos que como Ud. señalaron la ruta. Roque Dalton
Además, dentro de los poemas de Nazim Hikmet se encuentra uno titulado: “El Gigante de Ojos Azules”, poema que a su vez inspiraría al cantautor argentino Juan Carlos Baglietto, a musicalizarlo y convertirlo en una de sus mas emblemáticas canciones, por lo menos en una de las que alcanzamos a escuchar en estas tierras trístemente olvidadas por Euterpe.
Por cierto, en la canción, Baglietto, se «come» un par de versos que al leerlos, dan mayor explicación a la historia, la cual queda a la intuición del escucha en la interpretación de Baglietto.
El gigante de ojos azules – Juan Carlos Baglietto Un gigante de ojos azules amaba a una mujer pequeña que su sueño era una casita pequeña como para ella que tuviera en su frente un jardín un jardín con madreselvas. Un gigante de ojos azules amaba a una mujer pequeña que muy pronto ya se ha cansado de tan desmesurada empresa que no terminaba en jardines jardines con madreselvas. Adios ojos azules, dijo, Y con gracia muy voltereta del brazo de un enano rico entró en la casita pequeña que en el frente tenía un jardín un jardín con madreselvas. El gigante comprende ahora que amores de tanta grandeza no caben ni siquiera muertos en esas casas de muñecas que en el frente tienen jardines jardines con madreselvas.
De esta manera conectamos, no a Roque con Baglietto, sino a estos dos con un gran poeta, Nazim Hikmet.