En estos últimos años estuve escuchando mucho sobre un escritor de fantasía “dura” que está cautivando a todo mundo con sus libros.
Se trata de Brandon Sanderson, el escritor estadounidense, nacido en 1975, que con “solo” 47 años, ha escalado a los podios más altos en la aceptación de sus libros de literatura fantástica y ciencia ficción.
De todas las novelas y sagas que ha escrito y están traducidas al español, me decanté por la primera novela de la saga de “Nacidos de la bruma”, con la novela “El imperio final”.
Es mi primera experiencia con Sanderson y puedo decir que me gustó mucho, este autor viene a ser una especie de Patrick Rothfuss, mezclado con Stephen King, pues a diferencia del autor de la saga del asesino de reyes, que tiene dos libros completos sin que haya pasado nada relevante, además de los recuerdos de la vida de Kvothe, las cosas SI suceden en “El imperio final”, pero mantiene cuidadosa coherencia en las fantasías que narra.
Sanderson, cuida mucho de los detalles, cuando se trata de fenómenos mágicos, de ahí el concepto de “magia dura”, muy parecida a la de Rothfuss, cuando explicaba detalladamente los procesos del arcanismo en la universidad a la que asistió Kvothe.
La “alomancia” que explica Sanderson, se parece mucho al “arcanismo” de los libros de Rothfuss en cuanto a su rigurosidad “patacientífica”, pues tiene leyes y reglas, de uso y conservación, que, a decir verdad, se rompen a cada rato, en el caso de la alomancia.
Pero como dije, las cosas SI suceden y ahí entra la parte de Stephen King, en las obras de Sanderson, pues la novela mantiene un ritmo de hechos, suspenso, drama, emoción y aventura constante.
No he leído muchas críticas sobre esta saga, pero al parecer tiene miles de seguidores, pero a su vez, también muchos detractores, no deja indiferente, esta es dolo una impresión, como dije, no he leído mucho de lo que se habla sobre la saga.
Si puedo decir que tiende a sobre explicar conceptos una y otra vez, como para reforzar el conocimiento sobre su universo, a un punto que. Por momentos, me resultaba desesperante.
— ¡Si ya lo sabía! — “su madre quiso matarla… — ¡Ya lo dijiste antes!
Pero quizá lo hace para el lector olvidadizo o para aquellos que no han leído el libro anterior, en este sentido, me gusta más la técnica de Julian May, que, en el primer capítulo del segundo libro de sus sagas, hace un espóiler completo y detalladísimo del libro anterior, lo pueden verificar en la saga del Pleistoceno.
Es de notar que los libros de Sanderson resultan adictivos, a pesar de que la historia viene a ser trillada, héroes con super poderes, profecías, elegidos, etc. A pesar de eso, el tratamiento que le da a la historia y a los personajes es muy bueno, al igual que Rothfuss no abusa de la violencia gráfica ni del sexo explícito como Martin, es decir no abusa del morbo para mantener al lector en vilo.
Si se puede decir que hay cierto abuso de recursos y ese es específicamente del “Deux ex machina” que se exagera en algunos momentos, pero no con el espantoso manejo que hace Morgan Rice de él, sino con mejor sutileza.
Otra cosa que me gustó es el manejo y desarrollo de los personajes, Sanderson los crea y maneja magistralmente, la pandilla de Kelsier tiene unos personajes memorables.
Sin embargo, la protagonista, Vim no puede ser más plana que una tabla, no se sale ni por un instante de su guion, casi similar es el caso del otro protagonista, Kelsier, quien parece ser solo un presentador de Vim, cosa contraria sucede con los personajes Brisa, Sazed, Dockson, incluso Elend Venture, que tienen un magnífico desarrollo a lo largo de la historia.
¿De qué va el imperio final?
Ahora vienen espóileres, pero no muchos. Keep Calm!
Un distópico mundo llamado Scadrial, con un sol rojo, en el cual los volcanes arrojan constantemente ceniza que cubre calles, prados, ciudades y por las noches, unas extrañas neblinas negras cubren la ciudad atemorizando a la gente.
El sol rojo ha hecho que las plantas sean de color marrón uniforme, no hay flores y la sociedad está fuertemente sometida por un dios encarnado, “El Lord Legislador”.
Esta deidad viviente gobierna con mano de hierro sobre el mundo que mantiene una sociedad de corte medieval, fuertemente jerarquizada.
El Lord Legislador como máxima autoridad, unos obligadores que vienen a ser una especie de obispos burócratas, unos inquisidores que son unas criaturas que se convierten en brazo armado con poderes sobrenaturales, la aristocracia de “nobles”, entre los cuales por medio de la herencia genética, surge de vez en cuanto un “alomantico”, es decir una persona capaz de “quemar” metales, (hierro, cobre, acero, peltre, estaño, etc.) que les confieren poderes específicos, (fuerza, agudeza de sentidos, poder como el de “Magneto” sobre los metales).
Cada alomántico puede quemar un solo metal, adquiriendo una sola habilidad.
Luego están los Skaa, que es el pueblo común y corriente que viven sometidos a la esclavitud más abyecta, sin posibilidades de escalar en la pirámide social, condenados a trabajar hasta morir y a vivir con apenas lo suficiente para no desfallecer.
En este ambiente aparece Kelsier, un Skaa que resulta ser un mestizo, cruce entre noble y Skaa, que tiene poderes alománticos superiores.
Kelsier es el líder de un variopinto grupo de ladrones, que tiene como misión en cumún, derrocar al imperio que ya lleva mil años de existencia e inmutabilidad, pues el Lord Legislador es inmortal.
Kelsier entonces conoce a una extraña chica skaa que es una niña de dieciséis años llamada Vim, que es una alomántica sin conocimiento, es decir que ignora poseer poderes, pero sus poderes son sorprendentes, incluso a los ojos de Kelsier que al igual que ella no solo es alomántico sino un “nacido de la bruma”, con la capacidad de quemar los ocho metales conocidos.
Con inferioridad numérica, de poder y conocimiento, la pequeña banda se enfrentará al imperio y a un dios viviente.