Escribir una novela – Paso 3. Crear al personaje principal

Crear es un atributo divino, así como Dios creo al mundo y a sus habitantes, el escritor crea a sus personajes, en especial al protagonista o personaje principal.

¿Por qué crear primero a otros personajes y por último al principal?

Esta pregunta se contesta casi por sí sola, si ya ejecutamos el paso dos de esta guía, porque ya se tiene experiencia creando personajes y se puede ampliar lo aprendido previamente, aplicándolo en quien será nuestro hijo consentido, el protagonista.

¿Quién es el protagonista?

La siempre sabia Wikipedia nos dice:

“El protagonista está en el centro de la historia, toma las decisiones clave y experimenta las consecuencias de esas decisiones. Es el principal agente impulsor de la historia y suele ser el personaje que se enfrenta a los obstáculos más importantes.”

La definición nos aclara que el protagonista es el personaje alrededor del cual, la historia va a girar, por lo tanto debe tener características que lo hagan especial y diferente a los demás personajes.

Puede haber varios personajes principales, pero normalmente hay uno que destaca sobre los demás, porque sobre él recae el peso de la trama, ese es nuestro protagonista.

¿Realmente es muy importante tener un personaje protagonista?

Ciertamente no, algunas novelas tienen varios, porque matan al que inició y alguien asume a media novela o porque quizá sean dos historias separadas que confluirán en una sola y tienen sendos protagonistas.

Pero ya sea uno o más, es importante que estos personajes destaquen del resto, por algo que los hace especiales.

Por esta razón hay que trabajar en su personalidad y para hacerlo, debemos aplicarles las características que vimos en el capítulo anterior, sobre los personajes, pero dando un paso más allá, pues el protagonista debe tener, ante todo:

1.  Motivos para ser protagonistas

Todos hacemos algo, impulsados por una fuerza que puede ser externa o interna, ya sea un conflicto, un trauma, una idea, un suerño, etc.

Es importante que el protagonista tenga un motivo para embarcarse en la aventura.

Si regresamos al monomito del héroe de Joseph Campbell, recordemos que el héroe, generalmente lleva una vida normal y corriente hasta que un hecho trascendental transforma su mundo y se lo pone patas arriba.

Esto puede ser una catástrofe, una amenaza, un accidente, un crimen, una aspiración o un sueño, cualquier evento traumático o no del cual el héroe se ha salvado milagrosamente o que le representa un reto y que ahora lo impulsa a luchar, por venganza, justicia, por alcanzar una meta, lograr un triunfo o en defensa de sus seres queridos.

Ejemplos: Kvothe quiere graduarse de arcanista en la universidad en “El Nombre del Viento”, El Quijote quiere ser caballero andante, el capitán Ahab quiere matar a Moby Dick a toda costa, Jean Valjean quiere retribuir el bien que le hizo monseñor Bienvenido, todos tienen algo que alcanzar o cumplir.

Tener un motivo es importante, para una existencia creible en una novela.

2.  Una personalidad

Es importante que el personaje tenga una identidad y personalidad propia, que lo distinga de los demás y lo haga memorable.

Una personalidad tiene varios tópicos, puntos fuertes y débiles, virtudes, talentos, defectos y temores.

Puede ser muy activo o pasivo y eso lo lleva a que sea disruptor o reactivo.

La personalidad puede evolucionar conforme transcurre la aventura, en el monomito de Campbell, el héroe sufre una transformación, conforme avanza en su viaje.

Bajo esta línea de pensamiento, un personaje tímido, puede convertirse en un excelente orador conforme va madurando o adquiriendo confianza en sí mismo, pero sus rasgos de personalidad se deben mantener, puede seguir siendo reservado en la intimidad, pero un evangelista ante un pública o ante situaciones extremas.

La personalidad es esencial trabajarla en un protagonista.

Ejemplos: Harry Potter siempre es tímido y un poco inseguro, pero va adquiriendo experiencia y poder, sin perder su forma de ser, lo que lo vuelve entrañable, Ender nunca busca el conflicto, pero una vez dentro de él, lucha para eliminarlo de raíz, lo que lo vuelve implacable para alguien tan tranquilo, D’Artagnan es impulsivo y esto lo mete en muchos problemas, pero no cambia su forma de ser, a pesar de los peligros a los que se enfrenta, Katniss Evergreen es una chica desconfiada, de pocos amigos, pronta al enojo, pero firme en sus convicciones, protectora y leal hasta la muerte.

Todos tienen personalidades distintas, pero únicas.

3.  Aspecto físico

Según el tipo de público al que va dirigida la novela, el aspecto físico es relevante o no.

En la literatura juvenil, el o la protagonista suelen ser físicamente agraciados, guapos, normalmente jóvenes, de rasgos bellos, altos, fuertes, bien proporcionados.

Pero en literatura mas seria, la belleza física no es tan importante, pero si se debe hacer una descripción del personaje para que el lector se siente más identificado con él.

Por ejemplo D’Artagnan es una especie de Joven Don Quijote Francés, cara larga y atezada, pómulos salientes, mandíbula prominente, ojos abiertos e inteligentes y nariz ganchuda, pero finamente diseñado; Kovthe el protagonista de “El nombre del viento” es descrito como un  hombre de pelo rojo, finas y largas manos, musculatura más propia de un guerrero que de un posadero y, aparentemente impasible, en la etapa de madurez, cuando relata su historia.

Ya sea guapo, ordinario o feo, conocer el aspecto físico del protagonista es muy importante.

4.  Situación socio económica y cultural

¿De dónde viene el personaje?

¿Tiene familia, padres, hijos?

¿Es de orígenes humildes o es un millonario excéntrico?

¿Cuál es su orientación sexual?

¿Es popular o se aísla de los demás?

Se debe ubicar al protagonista en un contexto claro y coherente para entender sus motivaciones, su psicología, incluso su aspecto físico inicial.

Casi es un cliché que protagonista provenga de cuna de oro o tenga una posición holgada y un evento fortuito le arrebate todo, familia, propiedades y tenga que comenzar de cero.

Ejemplos. Yuri Andréyevich Zhivago, es un doctor con cierta posición y bienes que pierde todo en el marco de la revolución rusa y sin embargo logra sobrevivir a muchas tribulaciones, protegiendo a su familia, Bean, el lugarteniente de Ender, en su propia novela “La sombra de Ender”, es un niño probeta, producto de un experimento ilegal que a los cuatro años logra escapar de una muerte masiva y sobrevive a base de inteligencia en una distópica Amsterdan, es un total desposeído desde el principio.

5.  Un antagonista

Tan importante como el protagonista es su némesis, su enemigo, su antagonista, que es igual de fuerte e inteligente al héroe, incluso más.

Tiene recursos, aliados, motivaciones, personalidad, es decir, todas casi características que nos hacen amar al protagonista, pero en negativo, que nos pueden hacer odiar al villano, al antagonista.

Pero no siempre es tan clara la línea que separa al villano del protagonista, a veces el villano es una sorpresa que se esconde hasta casi el final de la novela para sorprender al lector.

Otras veces el antagonista se plantea desde el principio.

La función del antagonista en la novela es oponerse a los planes del protagonista, buscando su derrota o muerte, esto crea tensión dramática o el conflicto que alimenta la novela.

No siempre el protagonista es el “bueno” y el antagonista “el malo”, en la novela de Bram Stoker, Drácula es el protagonista y sus antagonistas el grupo liderado por el Dr. Van Helsing.

A veces el antagonista brilla más que el protagonista, por ejemplo todos están de acuerdo que en “Batman, el caballero de la noche”, el Guasón brilla más que el tieso y simplón Batman.

En la Ilíada Héctor y Aquiles son a su vez, protagonistas y antagonistas entre sí, pero no se puede definir a ninguno de ellos como el bueno o el malo.

6.  Un arco de transformación

Regresando al viaje del héroe de Campbell, uno de los pasos que recorre en su viaje es la transformación, cuando luego de las confrontaciones finales adquiere el premio o elixir del conocimiento y regresa con éste a su mundo ordinario transformado.

Pero esto es un proceso evolutivo que lo mejora y causa un cambio en el protagonista, que utiliza para poder vencer los obstáculos que al principio no pudo superar.

El arco de transformación puede ser para adaptarse a una situación, como por ejemplo Robinson Crusoe que aprende a sobrevivir solitario en una isla, Tyrion Lannister, un deforme y casi discapacitado hijo malcriado y vicioso, se convierte en un estratega militar y sobrevive a base de su inteligencia, Mark Watney en “El marciano”, aprende a sobrevivir usando la ciencia que conoce en un inhóspito planeta marte.

Otras veces es para el crecimiento personal, Frodo es un joven sin mayores ambiciones y se convierte en un verdadero héroe a lo largo de su viaje junto a Sam.

Pero no siempre es positivo, a veces el arco de transformación se convierte en una involución, es decir a la degradación moral o espiritual del protagonista. Ejemplo claro es el de Walter White en “Breaking Bad”, aunque se trata de una serie televisiva.

Hemos dedicado tiempo a este tópico porque es importantísimo para definir una buena novela, muchas veces el peso de toda la trama recae propiamente en el protagonista y un buen personaje a veces salva una trama floja.

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