Escribir una novela – Paso 7 – Escribir el capítulo inicial

Vien del post anterior:

Si ya lograste armar el primer borrador y sí, está fatal, lo sabes bien, estás consciente de que es necesario revisar gramatica, ortografía y un montón de cosas, pero hay algo a lo que debes dedicarle mucho tiempo y pensamiento, antes de la edición de tu novela y eso es, el capítulo inicial.

El capítulo inicial de una novela es de vital importancia, ya que establece el tono, presenta los personajes principales y plantea el conflicto central que guiará la historia.

Su importancia radica en que además, es la primera impresión que los lectores tienen de la obra y es determinante para captar su atención y mantenerlos interesados en la lectura, un capítulo inicial que los aburra o que no les cause impresión, puede hacer que abandonen la novela, por otro lado un capítulo inicial realmente cautivador, puede lograr que el lector quede atrapado de tu novela.

Existen diferentes tipos de capítulos iniciales que se pueden utilizar para comenzar una novela, depende de cómo los quieran clasificar, la lista que te muestro es una de tantas:

  1. In medias res: Este tipo de inicio se caracteriza por comenzar la historia en medio de la acción, saltando directamente a un momento crucial o emocionante de la misma, que no de pistas de la trama en general, pero que si sea una escena lo suficientemente impresionante como para hacer que se quede. Es una forma efectiva de captar la atención del lector de inmediato y generar intriga sobre cómo se llegó a esa situación.
  2. Introducción detallada: Algunos novelistas optan por iniciar su obra con una descripción exhaustiva del entorno, los personajes y el contexto en el que se desarrollará la historia, esto pone al lector en una posición muy cómoda pues le hace una introducción de lo que tratará la obra. Este enfoque puede ayudar a establecer el ambiente y crear una base sólida para la trama que se desarrollará más adelante.
  3. Analepsis o Flashback: En ocasiones, los autores eligen comenzar la historia utilizando el recurso del flashback, es decir, retrocediendo en el tiempo para presentar un evento clave que impactará la trama principal. El recurso se llama en español, analepsis, retrospección o escena retrospectiva, en inglés es mejor conocida como flashback y en resumen es una técnica utilizada sobre todo en el cine y la televisión, péro también con bastante frecencia en la literatura, que altera la secuencia cronológica de la historia, conectando momentos distintos y trasladando la acción al pasado. Este tipo de inicio puede ser intrigante y despertar el interés del lector por descubrir cómo se llegó a ese momento.

Algunas novelas han logrado crear capítulos iniciales memorables que se han convertido en clásicos literarios. Aquí hay algunos ejemplos capítulos iniciales clásicos:

“1984” de George Orwell: El primer capítulo presenta a Winston Smith y describe la sociedad opresiva y vigilada en la que vive, estableciendo el tono sombrío y distópico de la novela.

“Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez: Inicia con una descripción detallada de la casa en la que se desarrollará la historia, introduciendo a la familia Buendía y preparando al lector para el mundo mágico y surrealista de Macondo.

“Juego de Tronos”, George Martin inicia su saga con una escaramusa fallida en el muro, en la un grupo de vigilantes se enfrenta a algo terrible.

También existe un recurso que puede ser aún más impactante, que es el “incipit”, esta palabra deriva del latin (incipit, ‘empieza’) y se trata de las primeras palabras de un texto o documento, pudiendo contener el nombre del autor o detalles sobre su producción, .Aquí hay algunos ejemplos de incipits clásicos:

“Moby-Dick” de Herman Melville: Comienza con la famosa línea “Llamadme Ismael” y que aunque no es más que la presentación del protagonista y narrador, establece de inmediato la atmósfera misteriosa y aventurera de la historia.

“Orgullo y prejuicio” de Jane Austen: Comienza con la célebre frase: “Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa”. Este inicio irónico establece el tono satírico de la novela y plantea el tema central de las relaciones y las convenciones sociales.

“Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes: Inicia con la famosa frase: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…” Esta introducción evocadora e imprecisa da inicio a las aventuras del famoso caballero andante y su fiel escudero.

“Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez: Inicia con esta frase “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo … “ presenta a uno de los muchos protagonistas en medio de lo hechos que marcarán la novela y a la vez retrocede a los inicios de la misma presentando un mini alfa y omega.

“1984” de George Orwell: El inicio de esta novela comienza con la frase: “Era un día luminoso y frío de abril, y los relojes daban las trece”. Esta apertura, aparentemente anodina, no da pautas de que se iniciará la atmósfera ominosa y controlada del mundo distópico en el que se desarrolla la historia.

“Anna Karenina” de León Tolstói: Inicia con la frase: “Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”. Este inicio plantea una reflexión sobre la felicidad y la infelicidad en las relaciones familiares, y establece el tema central que se explorará a lo largo de la novela.

Estos son solo algunos ejemplos de inicios memorables de novelas que han dejado una huella en la literatura. Cada uno de ellos establece de manera efectiva el tono, presenta temas relevantes y captura la atención del lector desde las primeras líneas.

En resumen, el capítulo inicial de una novela es esencial para establecer el tono, presentar los personajes y generar intriga en el lector. Hay diferentes enfoques que los escritores pueden utilizar, y los grandes inicios de novelas se caracterizan por su habilidad para captar la atención y crear una base sólida para el desarrollo de la trama.

Engancha al lector desde el principio: Es importante captar la atención del lector desde las primeras líneas. Puedes empezar con una escena intrigante, una pregunta provocadora, un diálogo interesante o una descripción impactante. Procura generar curiosidad y despertar el interés del lector para que quiera seguir leyendo.

Presenta al protagonista principal: Introduce al personaje principal del capítulo inicial. Haz que el lector se conecte emocionalmente con él o ella, mostrando sus deseos, motivaciones o conflictos internos. Esto ayudará a establecer un vínculo entre el lector y el protagonista desde el principio.

Establece el tono y el ambiente: Utiliza descripciones evocadoras para establecer el tono y el ambiente de la historia. Puedes crear una atmósfera, ya sea de misterio, tensión, alegría o melancolía, según el género y el tema de tu novela. Las palabras y las imágenes que utilices deben reflejar la atmósfera que deseas transmitir.

Plantea el conflicto central: Desde el principio, presenta el conflicto principal que guiará la historia. Puedes insinuar el problema, crear un dilema o mostrar los obstáculos iniciales que el protagonista deberá enfrentar. Esto ayudará a generar intriga y a mantener el interés del lector a medida que avanza la trama.

Evita la información excesiva: No abrumes al lector con una sobrecarga de información en el primer capítulo. Es mejor dosificar la información relevante de manera equilibrada a lo largo de la narración. Deja que el lector descubra gradualmente los detalles de la historia y los personajes a medida que avanza en la lectura.

Cuida el estilo y la voz narrativa: Utiliza un estilo de escritura cautivador y una voz narrativa que refleje la personalidad del protagonista o el tono general de la historia. La forma en que escribes puede ser tan importante como la historia misma para mantener el interés del lector.
Recuerda que estos consejos son solo orientaciones generales y que cada historia es única.

Lo más importante, que es una recomendación de casi todos los grandes escritores, es encontrar tu propia voz como escritor y hacer que el capítulo inicial de tu novela sea auténtico y convincente.

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